CRISTO DE LA AGONÍA

Cristo de la Agonía (Domingo Beltrán, atribución siglo XVI)
Cristo de la Agonía (Domingo Beltrán, atribución siglo XVI)

Cristo de La Agonía (Domingo Beltrán, atribución siglo XVI)
Cristo de La Agonía (Domingo Beltrán, atribución siglo XVI)

La inspiración hay que buscarla en el renacimiento italiano donde con frecuencia se emplea el Crucifijo vivo en las fechas próximas a los mediados del siglo. Gracias a las investigaciones de Gutiérrez de Ceballos, en letra del propio Beltrán nos ha llegado su deseo de marchar a Italia. En una carta escrita desde Medina, el 30 de junio de 1568, solicitó a Francisco de Borja el permiso para ir a Roma. Afirma en el documento que algún talento se le había reconocido en el oficio de escultor y que antes de entrar en la Compañía, en 1561, había intentado ir a Italia, "donde tanto ha florecido este arte" tres o cuatro veces. Cuando trabaja en la villa no había cumplido su anhelo, pero sin duda estaba atento a las novedades gracias a la difusión del grabado. Probablemente sólo de este modo se pudo entender su impecable estilo clasicista. Obtenida la autorización, emprenderá su viaje en abril de 1569 y ya no volvería a Medina del Campo.

Cristo de la Agonía
Cristo de laAgonía

Para justificar la atribución es preciso entrar en detalle en la comparación con la imagen de Jesús atado a la columna. En las cabezas se alza el mayor grado de similitud. Ambas ofrecen el mismo movimiento levantadas y ladeadas hacia la derecha. El pelo se forma con gruesos y compactos mechones que montan sobre la oreja izquierda sin ocultarla. Las bocas se abren de idéntico modo mostrando los labios muy carnosos. También es prácticamente igual la forma de tallar las dos barbas a base de pequeños bucles que se alargan y abren al llegar al mentón. Resulta más problemático cotejar las anatomías por el repinte del Crucifijo. La fama de gran escultor que alcanzó Domingo Beltrán se debe fundamentalmente a su habilidad para representar a Jesús en la Cruz. De ello deja diversas pruebas en sus destinos, al volver a Roma, en Murcia, Madrid, Toledo y Alcalá de Henares, donde murió en 1590. Las diferencias en los trabajos posteriores a la estancia en Italia han sido justificadas, por Gutiérrez de Ceballos, como la consecuencia del conocimiento directo del arte que tanto admiraba.

Jesús Atado a la Columna

Dado que no se conocen las obras anteriores al ingreso en la Compañía, el Cristo que alumbra en procesión la cofradía de Nuestro Padre Jesús Atado a la Columna es, por el momento, el más antiguo de una formidable serie.

Bibliografía

Urrea Fernández y Parrado del Olmo, 1986, p, 700. Urrea Fernández, 1987, p.8 Martín González, 1988. Andrés Ordax, 1993.

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