Juan Gutiérrez Garibay.
"También ha producido esta villa sijetos de talento y esfuerzo sobresaliente para la Marina, como lo fue nuestro Garibay, el cual siguiendo esta carrera desde muy mozo, se hizo tan experto en su facultad que fue uno de los mejores marinos de su tiempo, como lo acreditó en muchos reencuentros que tuvo en los mares con los enemigos que se levantaron durante el dilatado tiempo de su servicio, en cuyas ocasiones supo portarse tan animoso que siempre salió victorioso. Llegó a ser Capitán General de la carrera de Indias, cargo con que le premió el Rey, juntamente con haberle hecho caballero del hábito de Santiago, cuyo honor era muy correspondiente a la nobleza de su nacimiento y prueba bien clara de sus grandes méritos. Floreció por los años de 1619, y de sus hechos no tenemos noticia particular, solo sí que fue hombre de gran conducta y muy acreditado de hábil, de juicioso y de valiente. Murió en su patria y yace en la iglesia de Santo Tomás, donde su hermana Dª. Leonor de Garibay dejó fundadas muy piadosas memorias". Tal es la reseña biográfica que hace Ayllón, quien dice asimismo lo siguiente:
b) MELCHOR DE TORRALVA. "Tiene por patria a Medina del Campo, donde nació de muy honrados padres. Se aplicó a la milicia y la siguió con tanto honor que él solo se fabricó su brillante fortuna. Con ocasión de las flotas que iban y venían de Indias, emprendió el servicio de la marina en la cual adquiriendo la inteligencia nada vulgar, y descubriendo un talento y espíritu capaz de empresas arduas, le nombraron sargento mayor de la carrera de Indias, en la cual izo estupendas hazañas en los reencuentros que tuvo con enemigos de diferentes castas, ya guerreros, ya corsarios, saliendo victorioso de unos y apresando a otros, por cuyos señalados servicios y notorios méritos le fueron ascendiendo de grado en grado hasta que por último le remuneraron con el empleo de almirante de dicha guerra, que continuó sirviendo alguncon su mujer Dª. Leonor de Garibay, hermana del citado anteriormente; y el de D. Diego Fernández de Caraballo y Alderete de su tercera mujer Dª. Beatriz de Escobar y Villa cortaos años; y después de las fatigas, trabajos y peligros que padeció en el mar, vino a morir en su patria y yace en la parroquia de Santo Tomas Apóstol. Floreció en los principios del siglo XVIII".
c) También está el sepulcro de D. Francisco de Bracamonte, maestre de campo de Nueva España, con su mujer Dª. Leonor de Garibay, hermana del citado anteriormente; y el de D. Diego Fernández de Caraballo y Alderete de su tercera mujer Dª. Beatriz de Escobar y Villa corta.
En 1597 la reina Isabel I de Inglaterra envío una gran flota para atacar las costas españolas que trató también de hacerse con los tesoros que llegaban de América a la monarquía hispánica, en medio de la guerra que ambas coronas mantenían desde 1585, si bien los ingleses, reforzados con navíos de las rebeldes Provincias Unidas de los Países Bajos, vieron frustrada su intención por la labor, entre otros, de un marino nacido lejos del mar, concretamente en el municipio vallisoletano de Medina del Campo, Juan Gutiérrez de Garibay.
Según recoge en su página web la Real Academia de la Historia, Gutiérrez de Garibay viajó por primera vez América en 1565, donde participó en la expedición del conquistador Juan Vázquez Coronado a la actual Costa Rica. A su regreso, ingresó en la Armada y en 1586 participó en la flota que persiguió y derrotó a la expedición inglesa de Hawkins y Drake, cuyos líderes perdieron la vida durante la misma.
Convertido más tarde en capitán general de la Armada de Galeones para la Guardia de la Carrera de Indias, asumió la responsabilidad de custodiar los metales preciosos que llegaban al puerto de Sevilla procedentes de los nuevos territorios incorporados a la corona.
Tras la fallida 'contraarmada' que la reina de Inglaterra Isabel I había enviado contra las costas españolas en 1589, un año después de que la Monarquía Hispánica también fracasara con la famosa Armada Invencible, los ingleses lograron saquear Cádiz en 1596, mientras los hispanos habían intentado de nuevo invadir Gran Bretaña ese año y al siguiente.
También los ingleses habían tratado de establecerse en los dominios españoles en las Indias, con la malograda expedición de Hawkins y Drake. Tras todo ello, Londres decidió el envío de una gran flota que respondiera al último intento español de invasión, liderado por el soriano Martín de Padilla, llevando la ofensiva a tierras ibéricas.
Tal como narra en su libro 'Señores del mar' el historiador Agustín Ramón Rodríguez González, "literalmente se había echado toda la carne en el asador" por parte de la Royal Navy, a la que reforzaban armadores privados, los cuales esperaban lograr un botín de repetirse saqueos como el de Cádiz, y barcos holandeses, en guerra con España para lograr la independencia de los Países Bajos.
ATAQUE A LA FLOTA DE INDIAS
Tras descartar un ataque sobre Galicia y bloquear durante varios días la costa de Lisboa -por aquel entonces Portugal formaba parte de la monarquía hispánica-, el convoy inglés se dirigió a las Azores para intentar saquear la Flota de Indias que portaba gran cantidad de metales preciosos (pues en los dos años anteriores no se había organizado) necesarios para una corona que atravesaba graves problemas financieros frutos de las numerosas guerras que mantenía.
En las Azores, Gutiérrez de Garibay logró burlar el bloqueo y ataque los ingleses y llevar la flota hasta las costas andaluzas, lo que frustró esta nueva intentona de Isabel Tudor. A lo largo de su carrera, el medinense custodió 16 flotas de Indias -el quinto que más guió- sin que otras potencias rivales le arrebataran ninguna, por lo que fue honrado con el hábito de Santiago.