Santiago de Compostela.- Santiago recibe hoy a los últimos peregrinos de la Semana Santa, sobre todo caminantes, que hacen largas colas para recibir la "Compostela". La Xunta de Galicia ha tenido que habilitar albergues provisionales para dar cobijo a los peregrinos, muchos de los cuales llegan hoy a caballo.

Según informaron fuentes del Arzobispado, sólo hasta las once de la mañana del domingo recibieron la acreditación de peregrinos 400 personas, y se calcula que al final de la jornada serán 1.800 los que cuenten con la "Compostela", la misma cifra récord registrada ayer.

En total, se calcula en más de 7.300 los peregrinos acreditados desde el Domingo de Ramos, casi cuatro veces más que los que llegaron a Santiago en la Semana Santa del año pasado.

Desde primeras horas de la mañana, las colas para entrar en la Oficina del Peregrino llegaban desde la Rúa del Vilar, junto a la plaza de Platerías, hasta el Obradoiro.

De hecho, tras el aluvión de peregrinos de estos días la Consellería de Cultura, Comunicación Social e Turismo ha anunciado la creación en Pontevedra de otro albergue, que podrá acoger a un centenar de peregrinos que no tengan sitio en el refugio habitual.

Desde primera hora del domingo llegan a Santiago numerosos grupos de peregrinos a caballo. Según fuentes de la Policía Local, 120 jinetes entraron en Santiago en esta mañana, además del centenar de ayer.

Cada grupo de peregrinos a caballo entró precedido por una patrulla de la Policía Local, y también se organizó un dispositivo especial de limpieza para despejar el "rastro" de los animales en el casco viejo.

Los grupos de jinetes fueron entrando y cada uno permanecía unos minutos en el Obradoiro, aunque por cuestiones de seguridad no pudieron quedarse mucho tiempo ni entrar todos de una vez.

Entre estos grupos, uno de trece caballos procedente de Medina del Campo (Valladolid), y formado por hombres, mujeres y una niña. Como apuntó uno de ellos, Teodoro Cendón, eran catorce, pero una yegua tuvo que quedarse por el camino resentida por una cojera.

Cendón explicó que debido a que los albergues "no están preparados para acoger un grupo tan numeroso de caballos" optaron por contratar picaderos en cada uno de los tramos de su peregrinación, que comenzó hace cuatro días en el Cebreiro.

Para este estanquero de Medina del Campo la entrada al Obradoiro a lomos de su caballo blanco "Emperador" ha sido emocionante, incluso con "lágrimas en los ojos", y la espera para llegar escoltados por la Policía, después del resto de los grupos, "ha merecido la pena".

Antes de los vallisoletanos, entraron jinetes procedentes de la localidad lucense de Foz, que hicieron el Camino de la costa hasta juntarse con el resto de peregrinos en Sarria, y desde entonces han coincidido con numerosos grupos a caballo, según apuntó uno de ellos, Eladio Pernas.

Pernas y sus compañeros no tuvieron problema en los albergues para parar con los caballos, unos animales que, según aseguró, "se resienten mucho" durante el Camino, y tampoco han llegado todos, porque uno de ellos tuvo que quedarse en Sarria.

En la Catedral, miles de personas asistieron a la Misa Estacional de Pascua, oficiada por el arzobispo, Julián Barrio, y en la que tras cuatro días sin botafumeiro a causa de la sobriedad que exige la Semana Santa los peregrinos y visitantes pudieron disfrutar del espectacular incensario.