XI MUESTRA DE TEATRO DE MEDINA DEL CAMPO

 

PATIO DEL PALACIO TESTAMENTARIO

Viernes 8 de agosto 2003
MACBETH

La tragedia de W. Shakespeare
con Blanca Herrera y Ricardo Vicente, como actores entre otros

Ernesto Calvo Producciones


Macbeth

ACTO I.- Macbeth y Banquo pasean, tras haber vencido a un ejército de invasores. Aparece un grupo de brujas que hacen enigmáticas profecías, refiriéndose a Macbeth con títulos inesperados, entre ellos el de rey de Escocia, y a Banquo como "padre de reyes". Desaparecen las brujas y llegan unos mensajeros del rey Duncan que dicen a Macbeth que le ha sido concedido el título y los derechos de Señor Cawdor, tal como habían dicho las brujas en una de sus predicciones. Los dos hombres reflexionan sobre lo ocurrido: "Due vaticini compiuti" ("Dos vaticinios cumplidos").

En el castillo de Macbeth, Lady Macbeth está leyendo una carta de su esposo en la que le relata el episodio de las brujas. Piensa entonces que para que se cumpla la más importante de las profecías sólo hay que dar muerte a Duncan, y confía en que su esposo no se resistirá a ello: "Vieni, t'afretta" ("Ven, date prisa"). Un sirviente anuncia la inminente llegada del rey, y Lady Macbeth decide asesinarle esa misma noche: "Or tutti sorgete, ministri infernali" ("Apareced ahora, espíritus infernales"). Llega Macbeth y acepta sin dudar la propuesta de su esposa.

Entran en escena el rey y su comitiva, y después de la recepción, Duncan se retira a sus habitaciones. Macbeth, a solas, canta: "Mi s'afaccia un pugnal?" ("¿Es un puñal lo que veo frente a mí?"). Desaparece dispuesto a cometer el crimen, y sale poco después, aterrado por lo que ha hecho, con sangre en las manos, y no puede contestar "ameno" a la plegaria que murmuran los soñolientos acompañantes. Ha tirado el puñal y quiere manchar con la sangre del rey a los acompañantes, pero no puede hacerlo y es Lady Macbeth la que se encarga de ello.

Llaman a la puerta. Banquo y Macduff han llegado para acompañar en su viaje a Duncan. Macduff entra en la habitación del rey, en tanto que Banquo piensa en las miserias y portentos de la noche. Macduff ha descubierto el crimen y despierta a todo el castillo, que se congrega en escena y expresa su horror ante tan terrible muerte.

ACTO II.- Macbeth y su esposa están solos en el castillo. Y maquinan culpar de la muerte de Duncan a su hijo, Malcolm, que ha huido a Inglaterra tras el asesinato de su padre. Piensan también que para asegurar la sucesión de Macbeth debería tratar de que no se cumpliera la profecía de las brujas relativa a Banquo, y darle muerte también a él, y hacerlo esa misma noche. Sale Macbeth y su esposa manifiesta su enorme ambición: "La luce langue" ("La luz se extingue").

En el parque, a cierta distancia del castillo, los asesinos al servicio de Macbeth esperan la llegada de Banquo y de su hijo: ("Sparve il sol"). Se ocultan; llegan entonces Banquo y Fleance, su hijo, y comentan la negrura y lobreguez de la noche. Cuando reanudan su marcha hacia el castillo, emergen de la oscuridad los asesinos; Banquo es herido de muerte, pero su hijo hace huir a los atacantes.

En el gran salón del castillo, se celebra un banquete. Macbeth y su esposa reciben a los invitados. Lady Macbeth canta un brindis. Uno de los asesinos al servicio de Macbeth entra en escena e informa a sus señores que Banquo ha muerto, pero que Fleance ha conseguido escapar. Macbeth expresa a los asistentes el pesar que le ocasiona la muerte de Banquo y se dirige a su silla vacia, pero entonces, lleno de horror, ve en ella el fantasma del asesinado. Los invitados - que por supuesto, no ven al fantasma - se extrañan y alarman ante el terror que invade a Macbeth, a quien su esposa trata de calmar y que, para tranquilizar a los asistentes, vuelve de nuevo a brindar. Otra vez el terror hace presa en Macbeth, que sigue viendo el fantasma y ahora, ya, la realidad queda al descubierto; los invitados, presintiendo la culpabilidad de Macbeth, se retiran.

ACTO III. - En una oscura gruta, las brujas están celebrando sus ritos en torno a un caldero puesto al fuego. Entra Macbeth y les pide que le digan cuál va a ser su destino. Las brujas después de unos conjuros le dicen, primero, que se guarde de Macduff; segundo, que sea sanguinario, osado y resuelto, porque no puede ser dañado por ningún hombre nacido de mujer, y en tercer lugar, que no será vencido hasta que el Bosque de Birnam venga a Dunsiname. Pregunta entonces Macbeth si el linaje de Banquo llegará a reinar, y ellas hacen aparecer una silente procesión de futuros reyes, todos iguales a Banquo, quien se aparece en octavo lugar. Desaparecen las brujas y llega Lady Macbeth, quien afirma su determinación de triunfar sobre Macduff y el hijo de Banquo. Y los dos esposos cantan una canción de muerte y de venganza: "Ora di morte e di vendetta".

ACTO IV. - Cerca de la frontera inglesa, un grupo de infelices exiliados se lamentan de su suerte y la de su oprimido país ("Patria oppresa"); entre ellos se encuentra Macduff, llorando a los miembros de su familia que han perecido a las manos de Macbeth ("Ah, la paterna mano"). Ahora llega Malcolm. a la cabeza de un ejército de soldados ingleses y les instruye para que corten ramas de los árboles del vecino bosque de Birnam y camuflar así su avance hasta Dunsiname. Todos se movilizan para salvar a Escocia: "La patria tradita piangendo ne invita".

En el salón del castillo de Macbeth, un médico y una dama de compañía esperan con gran ansiedad. La dama ha oído las palabras pronunciadas por la reina las dos noches últimas, mientras caminaba sonámbula. Ahora aparece Lady Macbeth, que camina y habla en sueños: "Una macchia e qui tuttora" ("Siempre aquí esta mancha - de sangre-"): su complicidad en los crímenes resulta innegable.

En otro lugar del castillo, Macbeth expresa su ira ante la situación: abandonado por sus amigos y a punto de ser atacado por los ingleses. Aún tiene confianza, sin embargo, en las profecías de las brujas, aunque no le presenten tributo de amor y respeto: "Pietà rispetto, amore...". Llegan noticias de que su esposa ha muerto y, después, de que parece como si el bosque de Birnam se acercase el castillo. Macbeth y sus hombres se aprestan a la batalla. En la lucha, Macbeth se encuentra con Macduff a quien le dice que no podrá ser vencido por ningún hombre nacido de mujer, pero en la batalla vence Macduff, que "fue sacado prematuramente del vientre de su madre", y Macbeth cae mortalmente herido. La ópera termina con un himno de victoria cantado por los vencedores.