La cofradía de Nuestra Madre Santísima de la Soledad y Virgen de la Alegría celebra 40 años, desde su fundación. En "Hoy por Hoy Medina" hemos querido echar un vistazo a, precisamente, la Semana Santa de Medina del Campo, acompañados por el presidente de la Cofradía, José María Magro.
Para conmemorar estos 40 años, se han planteado una serie de actividades, entre las que se encuentra la exposición "40 años de devoción cofrade", con 50 fotografías de todo el bagaje histórico de la Cofradía.
Entre los hechos históricos, la Virgen de la Alegría procesionará en andas en la Procesión de Resurrección, una iniciativa de la sección de Penitencia. Una "tarea pendiente", en palabras de José María Magro, que este año se tacha de la lista. "Lo hemos recibido con alegría", ha afirmado.
La charla completa con el presidente de la Confradía, José María Magro, en el audio superior.
«Especial Semana Santa La Voz de Medina y Comarca»
Andrea Merino.- Para la familia Magro – Gutiérrez , la Semana Santa de Medina del Campo no se centra en ser una tradición si no que lo definen como una herencia emocional que ha sabido transmitirse con fuerza y orgullo a lo largo de las diferentes generaciones que la conforman. Se puede decir que desde la infancia de cada uno de ellos, los recuerdos están ligados al olor del incienso, al sonido de los tambores y al ritual de vestir imágenes junto a sus padres. La matriarca, Mª Teresa Gutiérrez, una de las fundadoras de la Cofradía de la Soledad y Virgen de la Alegría, y otros familiares como el tío Martín, han sido esos pilares fundamentales en esta historia de devoción. En esta casa, cada Semana Santa es una celebración compartida, un legado en el que los más pequeños ya aprenden, con ilusión y esfuerzo, el sentido profundo de ser cofrade.
¿Cuáles son vuestros primeros recuerdos relacionados con la Semana Santa en Medina?
Cada uno tenemos diferentes. Todos vienen de la mano de nuestros padres que, desde bien pequeños, nos llevaban a ayudar a vestir a las imágenes, a todos los actos que se organizaban y a salir en las procesiones. Para mi madre, sus primeros recuerdos son de cuando era pequeña y, mientras veía la procesión general, se quedaba esperando la llegada de la Virgen de la Soledad, por entonces portada por los hombres de correos sin luces y con muy pocas flores.
¿Quiénes fueron las personas que os inculcaron esta tradición y cómo lo hicieron?
En nuestro caso, fue nuestra madre que tiene el honor de ser una de las mujeres que fundó la cofradía. Si bien, nuestra vinculación familiar con la semana santa va más allá: mi tío Martín, hermano de mi padre, fue uno de los grandes impulsores de la Archicofradía de las Angustias en el año en el que estaba la semana santa de Medina bajo mínimos. También gracias a Ángel Gutiérrez, conocido como buzón, que ha sido durante muchos años Hermano Mayor de las Angustias y que era primo carnal de mi abuelo materno. Nuestra vinculación con la Semana Santa, como veis, es más antigua de lo que podemos pensar.
¿Qué significa para vosotros pertenecer a esta cofradía?
Yo creo que es un honor. Vivimos la Semana Santa muy intensa, quizás porque la mayoría hemos ostentado, y también en la actualidad, cargos de mucha responsabilidad en la cofradía. Nuestra imagen titular ha sido muchas veces una razón de alivio en los momentos duros y difíciles que, como familia, hemos tenido que vivir. Además que no hay semana que no hagamos una visita a la Virgen.
¿Cómo vivís en familia los días previos y los desfiles procesionales?
Los días previos, con mucha intensidad, ya que los preparativos de una procesión son más duros de los que muchos pensáis. Además, este año, hemos tenido que cambiar los hábitos a los niños porque han ido creciendo y ya se les quedaba pequeño. En nuestra casa, siempre hay algo que hacer para la cofradía: lavar, planchar faldillas, arreglar faroles etcétera.
¿Qué valores creéis que transmite la Semana Santa a las nuevas generaciones?
Yo creo que la Semana Santa transmite varias cosas, en primer lugar el respeto a nuestra identidad y a nuestras tradiciones y, es principalmente, la función del traspase de la devoción de madres y padres a los hijos, nietos, sobrinos. También creemos que se transmite un valor muy importante que es el sentirse hermano de otro, con todos los valores que nos indica la iglesia, fe, esperanza, caridad.
¿Recuerdas alguna anécdota especial que hayáis vivido juntos como familia durante la Semana Santa?
Como una familia que llevamos procesionando cuarenta años, hemos vivido muchos momentos juntos. Lamentablemente, cada año que pasa, te vas acordando de la gente que ya no está entre nosotros y, llegará un momento, en qué sean nuestros descendientes los que se acuerden de nosotros. Ese recuerdo hacia los que había antes es, quizás, la anécdota más bonita que puede contar un hermano cofrade.
¿Qué papel tienen los niños o los más jóvenes en vuestra cofradía?
Un papel fundamental, los niños son el presente y el futuro y participan activamente de todas las actividades. Los jóvenes, además, nos encargamos de portar en andas a nuestras imágenes, con un sobre esfuerzo inimaginable ya que tenemos que quitarnos tiempo de descanso para poder acudir a los ensayos.
¿Cómo es sentir que hay varias generaciones en la cofradía?
Es algo muy bonito, porque transmites unos valores a los que vienen detrás que, a su vez, te los inculcaron a ti y a esos, se les inculcaron otros. La pertenencia a una cofradía ha de ser algo libre, pero cuando vienes de la mano con tu familia, es algo que no se puede explicar.