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| Vd. se encuentra en: - Nuestra Señora del Carmen. Medina del Campo | |
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PROCESIÓN NUESTRA SEÑORA DEL CARMEN |
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- 17-07-13 - Medina del Campo: Miles de personas asistieron a la renovada Procesión del Carmen
- 17-07-13 - Gregorio Fernández, devoto de la Virgen del Carmen
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17-07-13 - Medina del Campo: Miles de personas asistieron a la renovada Procesión del Carmen
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Procesión de la Virgen del Carmen en Medina del Campo |
Solana.- Una multitudinaria procesión de la imagen puso hoy fin, en el día de su onomástica, a las celebraciones de la Virgen del Carmen, que se han desarrollado desde el 7 de julio, jornada en la que comenzó el tradicional novenario de esta advocación mariana que disfruta de un gran predicamento en Medina del Campo, a cuyo desfile se han añadido, en los últimos años, el “Niño Jesús de Praga”, los “Heraldos del Evangelio”, varias bandas de música, caballos, jinetes y, por primera vez, esta tarde, el abanderado de la Cofradía en pantalón corto.
A pesar de las incesantes renovaciones modernistas y neocatecumenales, tal y como es tradición, las medinenses desplegaron sus mejores galas y escapularios para este evento anual, sin que hicieran su aparición los tradicionales abanicos que siempre refrescan su trayecto procesional y dan un enorme colorido al mismo, por lo tardío del desfile.
17-09-13 - Gregorio Fernández, devoto de la Virgen del Carmen
Javier Burrieza | VALLADOLID
La festividad de la Virgen del Carmen es realmente popular en esta tierra, con numerosos puntos de devoción, que se preparan para la fiesta grande a través de novenas organizadas por parroquias y cofradías, en las iglesias de San Benito o el Santuario del Carmen Extramuros, además de las procesiones propias del día, la 'marítima' del río Pisuerga celebrada el domingo en su decimocuarta edición o los rosarios de la Aurora. Todo ello dispone de un sustrato histórico, que se plasma también en la existencia de imágenes de devoción desde el barroco, muchas de ellas nacidas del modelo que desarrolló el escultor Gregorio Fernández en el siglo XVII, muy devoto del Carmen. En sus realizaciones, María estaba vestida como los frailes y monjas con su escapulario; el niño desnudo, apoyado en su brazo y mano izquierda, mientras que con la derecha presentaba el escapulario devocional y el cetro; cabello abundante de María, tallada en bulto redondo para poder salir en procesión; y en su manto, en la parte posterior, aparece el característico nudo de pliegues, sujeto en alfiler. Todos ellos eran rasgos de la escuela de Fernández para con esta iconografía.
Buena parte de las imágenes de la Virgen del Carmen, en la ciudad y en la provincia de los siglos XVII y XVIII, han sido vinculadas con Gregorio Fernández y con su taller: la del Santuario del Carmen Extramuros –antiguo convento de carmelitas descalzos–, la que hoy preside el retablo de San Benito –en realidad tallada por Claudio Cortijo a finales del XVIII–, la propia de la iglesia de San Lorenzo –transformada para esta advocación–, la de los conventos de monjas carmelitas de Medina de Rioseco –que solamente se puede contemplar estos días–, Medina del Campo o la Rondilla de Valladolid, e incluso la de la penitencial de la Vera Cruz de la calle Platerías, situada a la entrada del templo. Todas ellas continuaron el modelo de aquella que realizó Fernández –hoy desaparecida– para sus vecinos, frailes carmelitas calzados del Campo Grande, calificada como una de las mejores obras de su producción escultórica. Una vez más, el maestro no fue solamente el genial escultor sino el difusor de una iconografía conectada con el pueblo, influyendo enormemente en las realizaciones que se han hecho después, casi hasta la llegada de los talleres de Olot o modelos semejantes que han poblado, exageradamente, los retablos desde finales del XIX.
El escultor gallego era un hombre de profunda religiosidad, muy comprometido con su parroquia de San Ildefonso –la casa-taller se encontraba en la Acera de Sancti Spiritu, actual Paseo Zorrilla–, muy próximo en devociones a los mencionados carmelitas, con su convento frente a su hogar, en el solar actual de la Consejería de Sanidad. Para aquel templo representó, en un altorrelieve, la 'Entrega del Escapulario a san Simón Stock por parte de la Virgen del Carmen'. En aquella escena, Fernández ilustraba la historia milagrosa de esta prenda. Había sido elegido fray Simón Stock como superior general de los carmelitas en el Capítulo de Inglaterra de 1245.
Era un tiempo de grandes dificultades para estos frailes. Continúa la tradición, que el general acudió en oración a la Virgen, la cual se le apareció prometiéndole ayuda. María le habló, además, del carácter milagroso de la prenda del escapulario para la salvación del alma de aquellos que muriesen portándolo. Los carmelitas, pues así decían haberlo recibido de la Virgen, predicaban que esos fieles del escapulario serían rescatados del fuego provisional del purgatorio por María en una semana. Esto se traducía en ingresos para conseguir tales hábitos, en popularidad con sus limosnas y en el acceso a los privilegios espirituales, tan rivales entre unas órdenes religiosas y otras. Nada de esto fue objeto de duda y discusión hasta el siglo XVIII, desde los ámbitos ilustrados. La tradición contribuyó a la popularidad del escapulario, simplificado para los laicos que lo portaban; y a la multiplicación de las casas de carmelitas. Los frailes deseaban que los fieles contemplasen los prodigios de la mano de pintores y escultores, como fue la de Fernández y su taller.
Los conventos fueron demandados como lugares de enterramientos y así lo deseó el maestro para él y su familia –la lápida se conserva hoy en el Museo de Valladolid en el Palacio de Fabio Nelli–. Así pues, cuando los primeros críticos de la obra de Fernández entraron en aquella iglesia del Campo Grande, pudieron contemplar junto a estas obras vinculadas con la devoción del Carmen, y al lado de la tumba del imaginero, el retrato del escultor realizado en 1625 por su amigo y pintor Diego Valentín Díaz. El único de uno de nuestros escultores, lo que prueba su fama y prestigio. Hoy todas estas obras se pueden admirar en el Museo de Escultura, junto al relieve de San Simón Stock o la Santa Teresa que parece estar recitando sus versos. Todo ello 'inspirado' para el maestro, que además lo supo trasmitir a los artistas de generaciones venideras, por esta Virgen del Carmen, versión castellana, de cada 16 de julio.
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