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Medina del Campo, Villa de las Ferias MEDINA DEL CAMPO, Villa histórica, monumental, escultórica y paisajística

 

MUSEO DE LAS FERIAS - Pieza de los meses 10/2003

Inmaculada Concepción

Alonso del Arco (1635-1704)
Último cuarto del siglo XVII
Óleo sobre lienzo / 210 x 192 cm.
Convento de Sta. María Magdalena (MM. Agustinas)


Restauración: Carmen Santamaría
Financiación: Asociación de Amigos del Museo de las Ferias y del Patrimonio de Medina del Campo

***

La reciente restauración del cuadro de la Inmaculada Concepción, auspiciada Inmaculada Concepción. Alonso del Arco. Último cuarto del siglo XVII. Convento de Sta. Mª Magdalena (Medina del Campo)por la "Asociación de Amigos del Museo de las Ferias y del Patrimonio de Medina del Campo", es el motivo fundamental de su selección por el Museo como "Pieza del Mes" de octubre.

Considerada como una de las mejores pinturas conservadas en el convento de Sta. María Magdalena de MM. Agustinas, este lienzo de gran formato fue identificado en 1972 por Enrique Valdivieso ("Tres nuevas obras de Alonso del Arco", BSAA, t.XXXVIII, p.537) como perteneciente a la producción del prolífico pintor Alonso del Arco (1635-1704), destacado artista de la denominada "Escuela pictórica madrileña del siglo XVII" y fiel discípulo de Antonio Pereda.

Este conjunto de artistas, entre los que destaca, además de Pereda, el burgalés Mateo Cerezo, Antonio Palomino, Antonio Van de Pere, Francisco Ignacio Ruiz de la Iglesia, etc. (estos dos últimos también con obra en Medina del Campo), surge de la plenitud alcanzada por la pintura cortesana, heredera de las innovaciones de Velázquez, luego desarrolladas por Carreño de Inmaculada Concepción (detalle). Alonso del Arco. Antes de su restauración.Miranda, Claudio Coello, Francisco Rizi y otros grandes maestros. Las numerosas obras que podemos encontrar de los discípulos de estos autores en la provincia vallisoletana –muchas de ellas rescatadas del olvido gracias a la exposición celebrada en Valladolid hace ahora veinte años- se explica, en primer término, por el éxito logrado por la pintura procedente de Madrid, especialmente durante la segunda mitad del siglo XVII, cuando la fama de los artistas de la Corte era incomparablemente superior a la de los pintores vallisoletanos, excepción hecha de Diego Valentín Díaz, la gran figura de las décadas centrales de aquella centuria; el otro factor fundamental del auge de la pintura madrileña en Valladolid, fue la importancia de las relaciones comerciales entre ambas ciudades, personalizada tanto en los artistas y los activísimos marchantes, como en los miembros de las familias adineradas de la capital castellana, cuyos encargos a los pintores cortesanos fueron más que frecuentes por el prestigio social que ello traía consigo.

Quizá a esta última circunstancia, el prestigio social, se deba la llegada del Inmaculada Concepción (detalle). Alonso del Arco. Antes de su restauración.lienzo que nos ocupa al convento agustino de Medina. Aunque no conozcamos con certeza la procedencia concreta del cuadro de la Inmaculada, hemos de pensar en la donación por parte de algún personaje ligado al patronato del convento, quizá en las últimas décadas del siglo, siguiendo la estela de lo que acontece en otras clausuras de la capital, como en las de San José, de capuchinos; Jesús y María, de franciscanas, o Ntra. Sra. de la Laura, de dominicas.

El cuadro, instalado actualmente en el coro bajo, repite el modelo establecido por Alonso del Arco en otra Inmaculada firmada, perteneciente a una colección particular de Valladolid, incluso en una tercera conservada en la iglesia parroquial de Villanubla, según apunta Valdivieso en el artículo citado. Representa a la Virgen con aureola estrellada, rodeada por una nube de ángeles y querubines que portan ramos de flores y atributos marianos como el cetro, la corona, etc., todo ello dotado del dinamismo y riqueza de movimiento que caracteriza a los pintores de esta escuela, aunque precisamente en ello nuestro autor no sea el principal de sus exponentes. Mucho más logradas son las calidades cromáticas que Alonso del Arco logra tanto en los azules del manto como en los blancos de la túnica que luce la Virgen, en ambos casos surcados por numerosos pliegues. Esta característica es ahora mucho más perceptible tras la limpieza y restauración a que ha sido sometida la pieza.

Texto y fotografías pertenecientes al Museo de las Ferias


La restauradora, Carmen Santamaría, habló de los trabajos realizados en la recuperación del Cuadro

PROCESO DE RESTAURACIÓN

Estado previo

El soporte estaba destensado y presentaba roturas en la corona de la Virgen y en el angelito que golpea a la serpiente; tiene además un parche posterior que cubre incorrectamente otro desgarro en el ángel que porta el ramo de azucenas, bajo el manto de la Purísima.

Toda la película pictórica está cubierta por una capa de suciedad producida por el polvo y el humo de velas, presentando el barniz protector totalmente oxidado; estas circunstancias ocultan el auténtico cromatismo de la obra.

Intervención realizada

-Desmontaje del marco y del bastidor actual del lienzo.

- Limpieza de los depósitos de suciedad acumulada en los bordes y estirado de los mismos.

- Empapelado de la capa pictórica para conseguir un correcto tensado; fijado y protección de la policromía.

- Retirada de los parches antiguos.

- Limpieza trasera del lienzo y eliminación del polvo.

- Colocación de bandas de lino y nuevos parches en los desgarros.

- Realización de un nuevo bastidor.

- Desempapelado de la policromía y ajuste del lienzo al nuevo bastidor.

- Limpieza de la policromía.

- Estucado y nivelado de las lagunas de color; reintegración cromática.

- Protección final.

- Limpieza superficial del marco.

Carmen Santamaría (junio- septiembre 2003)

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