TEMA: Personajes históricos

 

Francisco de Lugo [Ramón Ezquerra: Los compañeros de Hernán Cortés, -Revista de Indias- (Madrid), núms. 31.32 (1948), p. 75]

Este Castellano viejo era hijo bastardo del señor de Foncastín (próximo a Medina) [Eufemio Lorenzo Conquistadores de América, Valladolid. Obra Cultural de la Caja de Ahorros Popular, 1984, nº. 26, del volumen III. p. 254. En 1587 Foncastín solamente tenía dos vecinos. en el siglo XVIII se hallaba totalmente despoblado. El actual Foncastín procede de una repoblación y, aunque próximo al despoblado, no se halla emplazado en el mismo lugar. (Vid. en el volumen I el trabajo de Gonzalo Martín Díez)].

"Pasó un Francisco de Lugo, capitán que fue en algunas entradas, hombre bien esforzado; fue hijo bastardo de un caballero de Medina del Campo que se decía Álvaro de Lugo el Viejo, señor de una de unas villas que se dicen Fuentecastín y Villalba: murió de su muerte" [Bernal Díaz del Castillo: Historia verdadera..., 2 a, p. 429.].

Fue buen amigo de Hernán Cortés y destacó por sus hazañas en la conquista de México. Su padre, Álvaro Yáñez de Lugo y Baamonde, tenía su casa solariega en Santa María de Ortigosa y llegó a constituir una de las familias más destacadas del Reino. De su prosapia descienden los marqueses de los Vélez. Yáñez de Lugo llegó a Medina en el reino de Juan II, de quien fue camarero, doncel y vasallo. Recibió en Medina la jurisdicción civil y criminal de Villalba de Adaja -dependiente de la villa de Olmedo- mediante un privilegio de 1540 [Moraleja Pinilla: Historia de Medina..., pp. 600-603.].

La amistad que le unía a Cortés hizo que le apoyase en el puerto de San Juan de Ulúa para que fuese elevado al mando único. En Tlaxcala colaboro con el leonés Velázquez de León y con el padre Olmedo (de esta población vallisoletana), que eran partidarios de no distribuir de manera brusca los ídolos de los indígenas, con el fin de no comprometer la paz por éstos [Historia verdadera..., 2 a, p. 271.].

Francisco de Lugo fue uno de los hombres que vivió más cerca de Cortés en la conquista de México [Ibid., p. 484.].

"Porque siempre andaban juntos con Cortés todos los capitanes por mi nombrados, y aún ahora los torno a nombrar, que fueron Pedro de Alvarado, Cristóbal de Olí, Gonzalo de Sandoval, Francisco de la Morla, Luis Marín, Francisco de Lugo y Gonzalo Domínguez, y otros muy buenos y valientes soldados que no alcanzábamos caballos; porque en aquel tiempo diez y seis caballos y yeguas fueron los que pasaron desde la isla de Cuba con Cortés, y no los había, aunque nos costaran a mil pesos".

Como hombre distinguido en el ejército, y de la confianza de Cortés, fue uno de los capitanes seleccionados por el extremeño para arrestar a Moctezuma y participar en su custodia [Ibidem, p. 347.].

"De la prisión de Montezuma, y lo que sobre ella se hizo".

"E como teníamos acordado el día antes de prender a Montezuma, toda la noche estuvimos en oración rogando a Dios que fuese de tal modo que redundase para su santo servicio, y otro día de mañana fue acordado de la manera que había de ser. Llevó consigo Cortés cinco capitanes, que fueron Pedro de Alvarado y Gonzalo de Sandoval y Juan Velázquez de León y Francisco de Lugo y Alonso de Ávila, y con nuestras lenguas doña Marina y Aguilar."

Cuando en 1520 el vallisoletano Pánfilo de Narváez llegó a México al frente de una flota de 18 naves con 80 jinetes y 800 infantes para rendir a Cortés, Francisco de Lugo intervino en la derrota de Narváez en Campoala [Historia verdadera..., 2 a, p. 434.] y se apoderó de la flota del vallisoletano [Bernal Díaz: Historia..., 2 b. p.444.]:

"Pues acababa de desbaratar al Pánfilo Narváez, e presos él y sus capitales, e a todos los demás tomando sus armas, mandó Cortés al capital Francisco de Lugo que fuese al puerto donde estaba la flota de Narváez, que eran diez y ocho navíos, y mandose venir allí a Cempoala todos los pilotos y maestres de los navíos, y que les sacasen velas y timones e agujas, porque no fuesen a dar mandado a Cuba a Diego Velázquez; e que sino lo quisieren obedecer, que les echase presos; y llevó consigo el Francisco de Lugo dos de nuestros soldados, que habían sido hombres de la mar, para que le ayudasen".

Francisco de Lugo sobresalió en la conquista de Tabasco. Fue acometido por una multutud de indios cuando se iba al frente de un grupo de soldados. Como resultado de estos combates murieron dos soldados de la capitanía de Francisco de Lugo y ocho quedaron heridos [Historia verdadera..., 2 a. p.145.]. Del trance salieron a duras penas por el socorro de Alvarado [Ibid., pp. 143-144.]:

"Como mandó Cortés a todos los capitanes que fuesen con cada cien soldados a ver la tierra dentro, y lo que sobre ellos acaeció".

"Otro día de mañana mandó Cortés a Pedro de Alvarado que saliese por capitán con cien soldados, y entre ellos quince ballesteros y escopeteros, y que fuese a ver la tierra adentro hasta andadura de dos leguas, y que llevase en su compañía Melchorejo, la lengua de la punta de Cotoche; y cuando le fueron a llamar al Melchorejo, no lo hallaron, que se habñia huido con los de aquel pueblo de Tabasco; porque, según parecía, el día antes con las puntas de los Palmares dejó colgados sus vestidos que tenía de Castilla, y se fue de noche en una canoa; y Cortés sintió enojo con su vida, porque no dijese a los indios, sus naturales, algunas cosas que no trajesen provecho. Dejémosle ido con la mala ventura, y volvamos a nuestro cuento: que asimismo mandó Cortés que fuese otro capitán que se decía Francisco de Lugo por otra parte con otros cien soldados y doce escopeteros y ballesteros, y que no pasase de otras dos leguas, y que volviese en la noche a dormir en el real. Y yendo que iba al Francisco de Lugo con su compañía obra de una legua de nuestro real, se encontró con grandes capitanías y escuadrones de indios, todos flecheros, y con lanzas y rodelas, y atambores y penachos, y se vienen derechos a la capitanía de nuestros soldados, y les cercan por todas partes, y les comienzan a flechar de arte, que no se podía sustentar con tanta multutud de indios, y les tiraban muchas varas tostadas y piedras con honda, que como granizo caían sobre ellos, y con espadas de navajas de ados manos; y por bien que peleaba Francisco de Lugo y sus soldados, no los podía apartar de sí; y cuando aquesto vió, con gran acierto de sus ballesteros y escopeteros, unos armados y otros tirando, y algunas arremetidad que hacían, se sostenían con todos los escuadrones que sobre él estaban. Dejémosle de la manera que ha dicho, e con gran peligro, e volvamos al capitán Pedro de Alvarado, que pareció ser había andado más de una legua, y topó con un espero muy malo de pasar, e quiso Dios nuestro señor encaminarlo que volviese por otro camino hacia donde estaba Francisco de Lugo peleando, con dicho tengo; y como oyó las escopetas que tiraban y el gran ruido de atambores y trompetillas, y voces e silbos de los indios, bien entendió que estaban resueltos en guerra y con mucha presteza y con gran concierto acudió a las voces e tiros, e halló al capitán Francisco de Lugo con su gente haciendo rostros y peleando con los contrarios, e cinco indios muertos; y luego que se juntaron con el Lugo, dan tras los indios, que los hicieron apartar, y no de manera que los pudiesen poner en huida, que todabía los fueron siguiendo los indios a los maestros hasta el real."

El capitán medinense destacó en las acciones que dieron como resultado la conquista de la capital mexicana, habiendo mandado unas tropas volantes en la Noche Triste. En la campaña siguiente sobresalió en la expedición de Tlamanalco y Chalco [Bernal Díaz: historia verdadera..., 2 a, p. 525].

"y la primera cosa que se hiciese fuese ir a Chalco y Tamanalco, y para ello envió a Gonzalo de Sandoval y a Francisco de Lugo, con quince de a caballo y doscientos soldados, y con escopeteros y ballesteros y nuestros amigos de Tlscala, e que procurase de romper y deshacer en todas maneras a las guarniciones mexicanas, y que se fuesen de Chalco y Tamanalco, porque estuviese el camino de Tlascala muy desembarazado y pudiese ir y venir a la Villa-Rica sin tener contradicción de los guerreros mexicanos."

Francisco Lugo acompañó posteriormente a Sandoval a Coatzacoalcos, y fue uno de los pobladores de la nueva villa del Espíritu Santo [Ibiz., p. 152.
					]:

"Y era muy bueno para el trato de la mar, porque está el puerto de allí cuatro leguas e pusimos aquel sublimado nombre, lo uno, que en pascua de Espíritu Santo desbaratamos a Narváez, y lo otro, porque aquel santo nombre fue nuestro apellido cuando le prendimos y desbaratamos; lo otro por pasar aquel río mismo día, y porque todas aquellas tierras vinieron de paz sin dar guerra; y allí poblamos toda la flor de los caballeros y soldados que habíamos salido de México a poblar con el Sandoval, y el mismo Sandoval, y Luis Marín, y en Diego de Godoy, y el capitán Francisco de Medina, y Francisco Marmolejo, y Francisco de Lugo, y Juan López d Aguirre, y Hernando de Montes de Oca, y Juan de Salamanca, y Diego de Azamar, y un Manatilla, y otro soldado que se decía Mejía "rapapelo", y Alonso de Grado, y el licenciado Ledesma, y Luis de Bustamante, y Pedro Castellar, y el capitán Briones, y yo y otros muchos caballeros."

Sin que destacase en acciones extraordinarias, es un clásico ejemplo del soldado y oficial de aquella época. Mientras la vida de Francisco de Lugo transcurría en México, primero de forma arriesgada y más tarde pacífica, ¿cual era la d su hermano primogénito?.

Álvaro de Lugo y Bobadilla, fue primogénito de Alar Yaces y Juana Gutierre de Montalvo, hija de Juan Gutierre de Montalvo, señor de Serrada. Álvaro de Lugo recibió el señorío de Foncastín, Valverde, Villalba de Adaja y la casa y solar de Villanueva de Lugo. Desempeñó también los corregimientos de Toledo, Madrid, Medina del Campo, Valladolid y Córdoba, y fue regidor de Medina n la revuelta de las comunidades. Según Ayllón, a Álvaro de Lugo correspondió, responsabilizado por el Emperador, recibir el depósito del rescate del rey francés Francisco I.

 
 

Esta pagina está en constante actualización, diseñada para visualizar en 800 x 600 y superior, mantenida por Juan Antonio del Sol Hernández,- MEDINA DEL CAMPO, - Teléf. 696 42 68 94 - Última modificación: - todos los derechos reservados.

DelSolMedina.com

Escudo de Medina
Vista panorámica
MEDINA DEL CAMPO, Villa histórica, monumental, escultórica y paisajística
MEDINA DEL CAMPO, VILLA DE LAS FERIAS, SU ORIGEN Y DESARROLLO