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MEDINA DEL CAMPO
(ACONTECIMIENTOS NACIONALES E INTERNACIONALES)


Los aspectos sociales del conflicto

Batalla Edad Medina. Siglo XIV
Batalla Edad Medina. Siglo XIV

Entre 1366 y 1369 la Corona de Castilla fue escenario de una lucha fratricida entre el monarca legítimo, Pedro I, y su hermanastro Enrique, un hijo bastardo de Alfonso XI. El conflicto revistió los caracteres propios de una guerra civil, pues afectó, de una u otra forma, a toda la población, desde la nobleza hasta los campesinos, sin olvidar a los judíos.

Al mismo tiempo, la contienda castellana se internacionalizó, al conectar con la guerra de los Cien Años, e intervino en la misma tanto los franceses, protectores del príncipe rebelde, como los ingleses, que apoyaron la causa de Pedro I.

La batalla de Nágera fue un importante hito de la guerra. Librada en las proximidades de esa localidad riojana en la primavera de 1367, resultó vencedor Pedro I, que contó con la precisa ayuda del heredero de la corona inglesa: Eduardo, el Príncipe Negro. Pero aquello fue, en cierto modo,un espejismo. Dos años más tarde la pugna se resolvió, de manera definitiva, en favor de Enrique, a cuyo lado combatieron las Compañías Blancas francesas, dirigidas por el caballero bretón Bertrand du Guesclin.

El último episodio de la lucha fratricida se desarrolló en 1369 en el castillo de Montiel, donde Pedro I fue asesinado por su hermano. La victoria de Enrique II significó el establecimiento en Castilla de una nueva dinastía, la de los Trastámara.

La corona de Castilla a mediados del siglo XIV.

Sinagoga del Tránsito
Exterior de la sinagoga del Tránsito, construida en estilo mudéjar por Samuel Levi, tesoro de Pedro I de Castilla.

En el siglo XIV el occidente de Europa padeció una sucesión de calamidades, conocidas en su conjunto como <<la gran depresión>>. La corona de Castilla no escapó a esa situación. Desde principios de siglo se habían registrado frecuentes <<malos años>> en la que las cosechas se perdían a causa de las condiciones meteorológicas adversas. En esas circunstancias hacía acto de presencia el hambre, causante de una una elevada mortalidad -como la que registra la Crónica de Fernando IV con respecto a 1301-. Asimismo crecía la agresividad de los poderosos, consecuencia, en buena medida, del deterioro que estaban sufriendo sus rentas. Particularmente tensos fueron, desde el punto de vista de las relaciones sociales, los periodos de minoridad de Fernando IV y de Alfonso XI, en los últimos años del siglo XIII y el primer cuarto del siglo XIV. Los campesinos fueron las víctimas principales de esa situación.

Pero el azote más terrible lo constituyó, sin duda, la terrorífica peste negra, que se extendió por Europa occidental desde la primavera de 1348. <<Esta fue la primera et grande pestilencia que es llamada mortandad grande>>, dice el Cronista de Alfonso XI. La peste, presente en la cuenca del Duero a finales de 1348, causó un elevado número de muertos; los documentos de la época no dejan de ponderar <<la gran mortandat que era entre las gentes>>. También se ha achacado a la peste el abandono de numerosas aldeas. El propio rey de Castilla, Alfonso XI, fue víctima de la epidemia, que le alcanzó mientras cercaba Gibraltar en 1350. Le sucedió en el trono su único hijo varón, Pedro, nacido del matrimonio de Alfonso con María de Portugal.

El acceso al poder de Pedro I

El reinado de Pedro I (1350 - 1369) fue sumamente conflictivo, la propia persona del rey, denominado <<el Cruel>> por la historiografía tradicional, pero presentado por otros como <<el Justiciero>>, ya es de por sí un enigma. Al acceder al trono, a causa de su corta edad, el peso de la política regia recayó en Juan Alfonso de Alburquerque, un magnate nobiliario de origen portugués. En 1351 se celebraron Cortes en Valladolid. Allí, además de constatar el peso reciente de la peste negra con su rosario de desgracias, se ordenó, a petición de la nobleza, hacer una investigación sobre la situación de las behetrías, de lo que resultó el llamado Becerro de las Behetrías, especie de registro fiscal de las tierras de Castilla al norte del Duero.

Combatientes de la batalla de Azincourt (1415), gran victoria de Enrique V de Inglaterra frente a Carlos VI de Francia. Miniatura. Siglo XV.
Combatientes de la batalla de Azincourt (1415), gran victoria de Enrique V de Inglaterra frente a Carlos VI de Francia. Miniatura. Siglo XV.

Desde que tomó personalmente las riendas del gobierno, Pedro I dio muestras de ser un monarca autoritario; de hecho, después de las de 1351 no volvió a convocar las Corte en el resto de su reinado. Decidió, asimismo, prescindir de la alta nobleza, y buscó sus colaboradores entre las personas de segunda fila, ante todo juristas salidos de las universidades. Además, fue un decidido protector de la minoría judía, como puede comprobase por los elogios que se le dedican en la sinagoga toledana del Tránsito.

Pero quizá el rasgo más llamativo de Pedro I fue el rigor con que procedió contra sus rivales, víctimas frecuentes de ejecuciones. El trato que dispensó a la princesa francesa Blanda de Borbón, con la que se casó en 1353, y a la que abandonó la misma noche de bodas, provocó el escándalo de los contemporáneos. Los enemigos del rey invocaron con frecuencia estos hechos para acusar de tirano al rey de Castilla.

En la arena peninsular Pedro I llevó adelante una política de claro signo expansionista. Un incidente en Sanlúcar de Barrameda, en 1356, con unos buques catalanes que navegaban con destino a Francia sirvió de pretexto al rey de Castilla para provocar la guerra con el monarca aragonés Pedro IV el Ceremonioso, denominada por la historiografía guerra de los Dos Pedros. Entre 1356 y 1365 se sucedieron los enfrentamientos y las treguas. Pedro I llevó la iniciativa, y aunque su ataque marítimo a Barcelona en 1359 no tuvo éxito, en 1361 impuso al rey de Aragón la paz de Terrer. Reanudadas las hostilidades, el rey castellano conquistó, entre 1362 y 1363, diversas plazas de Aragón, como Calatayud, Borja y Cariñena. La paz de Murviedro de 1363 pareció sancionar el triunfo de Castilla, que ansiaba la conquista de la ciudad de Valencia. Con este objetivo en mente, los castellanos ocuparon en 1365 la villa de Murviedro. Pedro en esos años Pedro I viocomo se complicaba la situación interna de Castilla, donde tomaba cuerpo una ofensiva encabezada por su hermanastro Enrique de Trastámara.

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