Sin 
          duda alguna, el ferrocarril ha constituido el auténtico pilar 
          del desarrollo de Medina 
          contemporánea. Las primeras obras se llevan a cabo en los terrenos 
          próximos al desaparecido monasterio 
          de San Bartolomé, muy cerca del actual paso a nivel, siendo 
          bendecidas con la solemnidad y boato propios de la época el 15 
          de abril de 1857. Culminaba entonces un periodo de negociaciones que 
          fue llevado a buen puerto gracias a la decisiva intervención 
          de D. Claudio Moyano, quien consiguió la implantación 
          en la villa de una importante estación del entonces denominado 
          "ferrocarril del Norte".
        
La 
          primera estación, la "estación 
          vieja", fue construida en las inmediaciones del solar que antes 
          ocupara la parroquia 
          de San Pedro. Era un edificio rectangular con puertas molduradas 
          de medio punto que disponía de dos muelle de mercancías, 
          uno cubierto y otro descubierto, y un edificio para locomotoras. La 
          llegada del primer convoy procedente de Valladolid, 
          el 3 de septiembre de 1860, fue todo un acontecimiento. Durante el último 
          tercio del siglo, a la primera línea de Valladolid 
          se suman la de Medina 
          a Zamora 
          (1861-1863), la unión definitiva con Madrid por Ávila 
          (obras inauguradas en 1863); la de Salamanca 
          (1874-1876) y, finalmente, la de Segovia 
          (1881-1884). Este enorme tráfico de pasajeros, ganados y mercancías 
          pronto precisa de una nueva estación de mayor capacidad y, por 
          ello, en la última década del siglo, la "Compañía 
          de Caminos del Hierro del Norte de España" encarga a 
          uno de us más afamados ingenieros, Vicente Sala, el diseño 
          de un monumental edificio dotado de marquesina y otras construcciones 
          auxiliares, cuyo proyecto es presentado el 16 de marzo de 1896 y aprobado 
          el 24 de noviembre del mismo año.
        
Las 
          obras de ejecución comienzan el 24 de agosto de 1898, participando 
          en ellas el arquitecto de la compañía Salvador d´Armagnac 
          --también autos de la estación de Valladolid-- 
          quien quizá reformara el proyecto original de Vicente Sala. Junto 
          con el edificio de viajeros, se construye una grandiosa marquesina de 
          102 X 35 m. y 356.000 kg. De peso, "tinglado" -en 
          palabras de la época-construido en los talleres de la "Casa 
          Girona" de Barcelona; asimismo, un muelle de trasbordo con 
          dos vías interiores para carga y descarga a cubierto, un muelle 
          local de cubierta de hierro, otro destinado al ganado "hecho 
          ex profeso por el gran mercado", una cochera de carruajes, 
          un depósito de máquinas y taller de reparación. 
          Aunque desgraciadamente todas estas construcciones ferroviarias no han 
          llegado a nuestros días, sí se mantienen el edificio de 
          viajeros y la marquesina (también una primitiva lamparería), 
          que son precisamente las edificaciones que aparecen en las imágenes 
          que hemos seleccionado, cuya cronología se inicia en 1902, año 
          el fin de obras, y la década de 1970, periodo al que corresponde 
          una fotografía del conjunto que existía entonces.
        
Reportaje 
          fotográfico  