Villa histórica, monumental, escultórica y paisajística
Villa de las Ferias

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APÉNDICE VIII

ESTUDIO DEMOGRÁFICO

Nacimientos y defunciones.

Hasta 1630 el registro de nacimientos o de bautizados no es completo, por faltar algunos libros de las parroquias desaparecidas y aún de las existenes. Desde esa fechapuede considerarse perfecto el asiento de nacimiento con la perfección asequible en las cosas humanas; no así el de defunciones que viene a ser Sr. Lic. Arévalo, corregidor desta villa por su mag. y los señores Domingo de Castañeda, Álvaro de Lugo, Alejo de Medina, Alonso Nievo Vaca, Alonso de Salvatierra, Gonzalo de Aguilar, Garci Rodríguez de Montalvo, Simón Ruiz y Cristóbal de Quijano, regidores desta villa y por ante mí Juan de Medina Velázquez, escribano del dicho ayuntamiento, el sr. Domingo de Castañeda, regidor, presentó las ordenanzas atrás contenidas de los sastres y calceteros y jubeteros, firmadas con su nombre y del sr. Diego Hernández de Bobadilla, regidor, y dijoque aquellas ordenanzas se las habían dado a él y al dicho Diego Hernández de Bobadilla pa mirallas y enmendallas si hubiera alguna cosa, y juro en forma las había mirado y corregido y tratado con los mejores oficiales del pueblo y estaban buenas y tales cuales convenían al servicio de Dios nro. Sr. y pro deste pueblo y a la buena orden dentro de los quince días, pague la pena de mil maravedises..., y que aunque pague la pena sea obligado a dar cuenta.

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Estas ordenanzas fueron presentadas a la Villa, mereciendo el siguiente auto de aprobación:

En la villa de Medina del Campo, a quince días del mes de julio de mil e quinientos y sesenta y siete años, estando en el ayuntamiento desta villa como lo han de costumbre los ilustres señores justicia y regidores en las casas del consistorio que son cerca de la iglesia de señor Miguel, especialmente e ilustre siempre una mitad menor, sin que fuera real y efectiva tanta belleza ni mucho menos. Por esto se prescribe de anotar las defunciones.. En cambio, anotamos el número de nacimientos clandestinos e ilegítimos y su porcentaje respecto del total. Refiriéndonos a decenios, fueron los siguientes:

En el decenio 1871-80 salta el porcentaje de ilegítimos de 4 a 12,2, fundado, según creo, en que el Registro Civil, que empezó ese año, inscribía todos, mientras que el capellán del Hospital solo registraba los que él bautiza y no los expósitos que aparecían con anotación de estarlo ya. Por donde se demuestra que buena parte de ellos eran, forasteros. En el último decenio bajó nuevamente el porcentaje porque se suprimió el torno del Hospital.

Higiene, salud y vida.

Las estadísticas que siguen revelan el marcadísimo progreso en el estado sanitario de Medina, paralelo, sin duda, al avance que en este aspecto se observa de modo general. Algunas veces se toma en broma la llamada elocuencia de los números, porque el ingenio humano es harto hábil para hacer con las cifras juegos malabares. Pero en este caso concreto no habrá quien no tome estas estadísticas en muy seria reflexión. Si apreciamos la vida humana en lo que vale, y damos la adecuada importancia a su precioso complemento, la salud, no podemos desdeñar la lección que nos da el valance resultante, Pero sobre todo si traemos a la memoria, para el debido contraste, las constantes lamentaciones que motivaban las muchas enfermedades padecidas anteriormente.

Las fuentes de que me he servido con, como en la estadística de nacimientos, El Registro Civil desde su implantación, y antes los parroquiales, que ofrecen el inconveniente de no registrar las defunciones de los muy párvulos, por los que no se hacían exequias. Por tanto, para calcular el verdadero porcentaje habría que incluir ese sumando ignorado, pero no despreciable. Si bien he ojeado los registros de todas las parroquias, solamente consigno los datos de dos de ellas, al azar: de Santa María del Castillo, los dos primeros cedenios y el quinquenio 1866-70; de San Miguel, el decenio 1856-65. No es faltar a la lógica atribuir a toda la población lo característico de dos de sus feligresías, cuando precisamente estaban desperdigadas por toda la villa,

El progreso salta a la vista. Casi 57 por ciento murieron antes de los 18 años en eldecenio 1881-90; solo 26,5 por 100 en el quinquenio último. Solamente 6 por 100 pasaron de los 70 años en el decenio 1871-80; en el quinquenio que acabamos de liquidar, más de 28. Hasta 1880 no se registra ningún nonagenio en los libro de aludidos. En los siguientes decenios se cuentan, respectivamente, 3-8-8-17-7-14 y 23. Una centenaria solamente he hallado desde la vigencia del Registro Civil: Magdalena de la Fuente, natural de Poza de la Sal (Burgos) y de esta vecindad, murió el 29 de abril de 1883 a los 107 años. En los registros eclesiásticos he encontrado solamente a Pedro de Calzadilla, que murió el 13 de octubre de 1662 a los 110 años, funerado en la parroquia de Santa María del Castillo.

Para conocer la razón de defunciones y nacimientos he prescindido de los registros parroquiales, habida consideración de lo ya repetido. En lo siguiente:

La impresión que produce el cuadro precedente no puede ser más optimista. De casi 83 por 100 que alcanzaron las defunciones en el decenio 1871 han bajado al 52,2 en el último quinquenio. Muy contados han sido los años en que las defunciones han excedido a los nacimientos, a saber: 1873, 1874, 1880, 1882 y 1900. En el siglo actual no ha ocurrido tal infortunio, ni aún en el año de la gripe (1918) en que murieron 327 (73 del contagio) por 350 nacidos.

Adviértanse dos conincidencias: en el primer decenio del siglo se alumbraron las aguas aratesianas, y el índice de mortandad bajó de 79,8 a 66,8; en el tercer decenio se hizo el alcantarillado y traída de aguas, y bajó nuevamente de 67,3 a 58. Tal hecho no puede ser resultado de la casualidad.

Razón de nacimiento y habitantes

El auge manifiesto del nivel medio de vida y el mejoramiento patente de la salud, tiene su sensible contrapatida en el descenso de la natalidad. De los empadronamientos parroquiales que he encontrado, correspondientes a los siglos pasados, muy pocos suministran base para fundamental cálculos fidedignos, a nuestro propósito, porque prescinden sistemáticamente de los no sujetos al precepto pascual: los menores de diez años por lo regular. Pero el empadronamiento hecho en 1823 por el beneficiado rectos de Santa María del Castillo, D. Luis Jacinto Álvarez, es tan claro, ordenado, completo y detallado, que, por excepción, nos sirve adecuadamente para hacer un cómputo muy exacto. Constaba de 198 familias, integradas por padres, hijos -incluso los párvulos--, huérfanos estantes y criados. Un total de 725 individuos. Ahora bien: en el trienio 1823-25 hubo un promedio de 37 nacimientos en dicha feligresía; lo que da una natalidad de 51 por mil. En los tiempos posteriores me concreto a los censos oficiales, y tenemos la relación siguiente, tomando por nacimientos el promedio del trienio correspondiente:

En descenso tan pronunciado, referido particularmente al último decenio, han influido dos causas conocidas: una, la supresión del torno del Hospital, porque el porcentaje de Expósitos bordeaba el 10 por 100 segúnhemos visto, en los decenios anteriores, y en el último apenas se pasa de cinco. Otra causa, quizás más decisiva, ha sido la guerra; pero ambas no han sido exclusivas, porque la deficiente natalidad se venía acusando antes, conforme a estas escala:

Evidentemente este decenio de nacimientos, simultaneó crecimiento de la población es producto de otros factores.

Cerramos este apéndice con los siguientes datos tomados del Dr. Arbelo en "Revista Internacional de Sociología". Vol. IV, número 5. Nuestro índice de natalidad (22,4) está por bajo del de España (27,5), que a su vez es muy superior al de Suecia (14) --el mínimo de Europa--, pero notablemente inferior al de Rusia (44).

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