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EL PATRIMONIO DE LAS COFRADÍAS Y LAS OBRAS DESAPARECIDAS

Las instituciones penitenciales de Medina del Campo acumularon a lo largo del tiempo un interesante y particular patrimonio artístico que, como ha sucedido en tantas ocasiones, corrió una suerte desigual. De las tres cofradías conocidas dos de ellas llegaron a disponer de su propio templo con una cierta independencia, mientras que la tercera aparece siempre asociada a la iglesia de la orden agustiniana, en cuyo recinto iba a desarrollar sus funciones hasta su disolución en el siglo XIX.

Cofradía de las Angustias

Sólo la cofradía de las Angustias, la única que en nuestros días pervive con la advocación inicial, mantiene su capilla vinculada a la iglesia colegial desde el siglo XVI. El conjunto de su mobiliario litúrgico, reformado profundamente en el siglo XVIII, como su propia arquitectura, permanece en el lugar para el que fue creado y nos permite acercarnos al único templo penitencial que ha perdurado en la villa.

El edificio que hoy contemplamos, añadido de forma singular a los pies del templo colegial, es el producto de una larga serie de construcciones y reformas que se iniciaron a partir de mediados del siglo XVI, cuando la cofradía se instala al abrigo del primer templo de Medina. Algunos testimonios documentales permiten firmar que el altar de la Cofradía debió de estar instalado de forma provisional, en alguna de las entradas a los pies de la iglesia colegial que no se utilizarán [gif], hasta la realización de las obras emprendidas por el arquitecto Andrés Gómez de Cisniega entre los años 1626 y 1636[gif].

En este momento se construye el núcleo fundamental de la capilla con su estructura de nave única, con acceso desde la misma Colegiata, que sin embargo sufriría una gran transformación hasta quedar tal y como hoy la conocemos, con las obras efectuadas desde 1738. Unas inscripción recorre la línea de imposta de la cúpula donde se lee: "A MAYOR GLORIA DE DIOS NUESTRO SEÑOR Y DE MARÍA SANTÍSIMA DE LAS ANGUSTIAS SE HIZO ESTA CAPILLA A EXPENSAS DE LOS MAYORDOMOS DE SU COFRADÍA DEVOTOS Y VECINOS DE ESTA VILLA: SIENDO COMISARIOS LOS SEÑORES MARQUÉS DE TEJADA Y DON MANUEL DE MONTALVO, EMPEZOSE EN 30 DE ABRIL Y SE ACABÓ EN TREINTA DE SEPTIEMBRE DE 1741".

Debieron ser muchos los problemas que rodearon esta reforma, rodeado de un gran número de problemas técnicos que dificultaban su término. La finalización de la cúpula en 1741 [Cúpula Capilla de las Angustias] no indicaba el final de las obras y el propio Municipio tuvo que sufragar parte de los gastos [gif], hasta que se viera rematada la arquitectura en 1746 [gif]

La nave rectangular de la capilla se cubre con una bóveda de cañón dividida en tres tramos con lunetos, y ornamentos de yeserías planas. La nave remata en el cuerpo octogonal de la cabecera, coronada por una cúpula [Cúpula Capilla de las Angustias] semiesférica que se apoya sobre un tambor en el que se abren ventanas. Todo se adorna con profusos trabajos de yesería, con la colocación de cuatro lienzos en las pechinas que representan a los cuatro evangelistas.

En lo que a su autoría se refiere y aunque se han barajado varios nombres, parece lógica la atribución que hiciera Jesús Urrea el arquitecto medinense José Castander Uceta (+1751) con mucha obra en todo el entorno de Medina y que se manda enterrar en la misma capilla [gif].

La unidad de estilo, en lo que al mobiliario de la capilla se refiere, nos sitúa en una fecha similar a la hora de estudiar el conjunto de retablos que, en la cabecera del templo se disponen, coincidiendo, según veremos, con es gran reforma arquitectónica que le dio su fama definitiva.

Naturalmente otra ornamentación hubo de tener la capilla antes de la reforma llevada a cabo en el siglo XVIII, pero de ello solo conocemos una escueta referencia proporcionada por Esteban García Chico, relativa al dorado del retablo mayor, el anterior al que hoy existe [Retablo mayor de la Capilla Anguistias]. El pintor Lorenzo Muñiz se obligaba a policromar el retablo que había mandado hacer Bernardo Pataca, en noviembre de 1624. En el contrato se indica pormenorizadamente las condiciones que se deben seguir en la policromía, y solamente se mencionan como imágenes en el retablo un Cristo crucificado, para el que el artista se compromete a pintar la Jerusalén del fondo, y la talla de Nuestra Señora de las Angustias, la virgen titular de la cofradía [gif].

El conjunto de los retablos actuales, dispuestos en la cabecera de la capilla de las Angustias, en tres de los lados que forman su octógono y adaptados perfectamentela ampliación de la fábrica, corresponde a ese instante de engrandecimiento que termina con conformar el conjunto actual. Una curiosa publicación narra con detalle la entronización definitiva de la Virgen de las Angustias en su retablo, en 1749, y las fiestas que con tal motivo tuvieron lugar en Medina [gif]. Si las obras arquitectónicas estaban finalizadas en 1746, podemos conocer el espacio de tiempo que se emplearía en acometer la instalación definitiva del retablo mayor y de los dos colaterales.

Cargado de elementos ornamentales, y enteramente dorado como corresponde al estilo del momento aparece el retablo mayor albergando a la Virgen de las Angustias en su parte central [Retablo mayor de la Capilla Anguistias], flanqueada por dos monarcas santos, San Hermenegildo, el rey godo que según una tradición local, nació en Medina y ya figura en la fachada del templo colegial, y San Fernando el rey canonizado en el siglo XVII que tendría una inmensa fortuna iconográfica. En el cuerpo central superior la imagen de San José enlaza con el culto al santo patriarca en relación con la genealogía sagrada de Cristo, rodeado por la representación alegórica de los sagrados corazones. La portezuela del antiguo sagrario[Reportaje], que hoy ha dejado de utilizarse, incorpora un cofre con una representación de la Piedad que se puede fechar a finales del siglo XVII.

Similar estructura al mayor tienen los conjuntos colaterales, que en el mismo instante, hacia la mitad del siglo XVIII se estarán realizando. En el retablo del lado de la Epístola las dos hornacinas que flanquean a la Virgen de la Soledad cobijan dos esculturas de bulto que tuvieron un origen procesional formando parte de un perdido paso. San Juan y María Magdalena [Santa María Magdalena y San Juan], de la segunda mitad del siglo XVII, correspondrían la escena de una desaparecida Lanzada de Longinos que procesionó la cofradía.

El terrible repinte de tonos planos que ha sufrido la talla de San Juan distorsiona considerablemente su concepción volumétrica, a pesar de que se trate de obras bastante anodinas en cuanto a su calidad, ecos muy lejanos de la escuela de Fernández, inspirados claramente en las dos tallas que éste hiciera para la cofradía de las Angustias de Valladolid en 1616, pertenecientes al paso de la Piedad de esta hermandad [gif].

Diferentes testimonios nos han proporcionado la noticia de la existencia, hasta fecha relativamente reciente, de la destruida representación de Longinos a caballo en los trasteros de la capilla que, junto a la imagen de un Cristo crucificado, conformaría la composición del paso [gif]. Existió una escena pasional igualmente recreada en Valladolid, y aún se mantiene en Medina de Rioseco en el grupo realizado por Andrés de Olivares Pesquera "en la misma correspondencia del paso del mismo género en la ciudad de Valladolid que tiene la cofradía de la Piedad" y reformado por Tomás de Sierra [gif]. No cabe duda que el conjunto medinense, realizado en la segunda mitad del siglo XVII, tendría como modelo la escena vallisoletana, como tantas veces sucede en los principales enclaves de su entorno geográfico.

En el segundo cuerpo del retablo un relieve central reproduce una repetida escena mariana, la Virgen del Pilar rodeada de dos peregrinos. A ambos lados dos maltrechos lienzos ilustran la infancia de Cristo con su Nacimiento y la Disputa con los doctores del templo.

Se complemente el ciclo de la Infancia con los dos lienzos que aparecen en el cuerpo superior del retablo del lado del Evangelio. La huida a Egipto y la Presentación en el templo se disponen ahora a los dos lados de un curioso relieve en el que la imagen de la Virgen aparece sobre un cazador que dispara a una serpiente, mientras que en el cuerpo bajo, a ambos lados del Nazareno procesional [Retablo mayor de la Capilla Anguistias], dos esculturas que hubieron de formar parte de un Calvario, han corrido parecida suerte a las que a ella se enfrentan. La imagen de la Virgen ha sufrido un repinte que corresponde con el que presenta el San Juan del retablo de la Soledad, y no sería de extrañar que en algún caso se hubiera procesionado juntas formando un desatinado grupo.

Las esculturas de la Virgen y San Juan [Santa María Magdalena y San Juan] presentan sin embargo una interesante calidad de talla, alterada gravemente por las intervenciones en la policromía de ambas piezas. Parrado y Urrea sugieren, pensando que acertadamente, la posibilidad de vincular su creación al Cristo de la Paz que tallara Juan Picardo [gif].

Otros elementos del patrimonio mueble de la cofradía de las Angustias aparecen dispersas por las diferentes estancias del templo colegial, gracias a una vinculación que ha permitido su supervivencia. Entre ellos queremos destacar aquellos que resulten más significativos como, en la propia nave de la capilla, una discreta Piedad pintada óleo sobre tabla [Óleo], en los últimos años del siglo XVI, testimonia la entrega de un exvoto a la Virgen de las Angustias, que podemos identificar gracias a las crónicas locales [gif].

En la sala del cabildos un lienzo del siglo XVIII reproduce la talla de la Virgen [Lienzo de la Virgen de las Angustias] que se encuentra en el retablo mayor, rodeada de ángeles portando los símbolos de la Pasión. La obra, de baja calidad artística, resulta muy elocuente sobre la que suponía la difusión concreta de una iconografía que habría de tener tanta fortuna en todo el entorno de la tierra de Medina.

En la misma sala una urna de gran tamaño [Urna para un Cristo Yacente], reproduciendo una arquitectura clasicista de gran sobriedad, que se puede fechar en torno al año 1600, indica la existencia de un Cristo yacente en la cofradía, hoy desaparecido, que también sería objeto de culto en la Semana de Pasión, al igual que sucedía en las otras cofradías penitenciales de la villa.

Guarda la sacristía de la Colegiata una interesante pieza de orfebrería que sirvió en origen a las celebraciones de la Cofradía de las Angustias, tal y como reza su inscripción. Se trata de un cáliz[Cáliz] cuya base se divide en dos tramos concéntricos, el exterior decorado con motivos de cueros recortados y corridos por un texto en el que se lee "ESTE CÁLIZ ES DE LA COFRADÍA DE NTRA. SENORA DE LAS ANGUSTIAS. ICOSE DE LIMOSNA SIENDO MAIORDOMO DE LA CAPILLA GASPAR DE PAREDES EN EL AÑO DE 1580". El tramo interior se divide en medallones, donde se representan las enseñas de la hermandad, un corazón con siete dagas, la Piedad, la Soledad y una cruz desnuda.

El nudo de forma oval, aparece recorrido en su parte central con una franja de motivos encadenados igualmente ovales, volviéndose a decorar la subcopa con el mismo repertorio que el círculo exterior de la base.

Su posible adscripción a un platero local es bien probable a partir del conocimiento de las obras de Cristóbal de Vergara, el autor de la custodia procesional de la Colegiata en 1562, que vincula la ejecución de esta obra a un instante de pleno renacimiento [gif].

Al servicio de las funciones litúrgicas que tuvieran lugar en la capilla de la cofradía, se conserva hoy en la sacristía de la Colegiata una custodia de las denominadas de tipo sol [Custodia ]. La pieza tiene una base alta, decorada con motivos vegetales repujados, de donde arranca el astil, donde se concentra toda la ornamentación. Sobre un pequeño cilindro decorado con ces y corpantimentado se eleva el nudo con forma de tronco de cono invertido, con el mismo tipo de adornos, y unos pequeños gallones en la parte baja y formas ovales sobre ellos. Dos pequeños toros dan paso al vástago final, decorado con pequeños gallones y molduras, para rematar en un viril liso, rodeado alternamente de rayos lisos rematados en estrellas de seis puntas junto a otros flameados más cortos. Se corona con una cruz desnuda de la que pende un sudario.

La parte baja de la base aparece recorrida por una inscripción donde se lee "ESTA CUSTODIA ES DE LA COFRADÍA DE NUESTRA SEÑORA DE LAS ANGUSTIAS DE MEDINA DEL CAMPO RENOBOSE ANNO DEL NACIMIENTO DE NRO SEÑOR DE 1665 AÑOS".La indicación de la renovación puede aludir tanto a una reforma general que llevara aparejada su fundición total para hacer una nueva pieza, o la reparación de alguna de sus partes más significativas. La parte inferior de la base aparece punzonada, con el fiel contraste de la villa de las armas de Medina y con buriladas.

La obra encaja en el tipo tradicional de custodia que se extiende por Valladolid en el siglo XVII, y recuerda alguno de los modelos que realiza el platero vallisoletano Juan Lorenzo, aunque éste falleciera en 1641 [gif].

La diadema que la Virgen utiliza en ocasiones especiales, es una obra de la segunda mitad del siglo XVIII, realizada en plata repujada, con potencias lisas de diferentes longitudes, y adornada con pedrería, que sin duda hubieron de corresponder a un aderezo femenino entregado como donación al ajuar de la imagen.

Conserva también la cofradía alguno de los antiguos estandartes, que cumplían una importante función como enseñas institucionales en todos los actos públicos en que participaba. A pesar de lo perecedero del material textil y del uso frecuente que los estandartes tenían, se conservan testimonios antiguos de su existencia. Los lienzos pintados pueden ser de los años finales del siglo XVIII y responden a las tipologías habituales, en las que aparece un lienzo con la representación de la imagen o alguno de los motivos iconográficos que la identifican, inserto dentro de una tela rematada con galones dorados y flecos.[Privilegio]

Otro objeto singular, dentro de lo que fue el patrimonio de la penitencial, es una proclama de tesis doctoral [Proclama de tesis, 1754] sobre materia teológica, impresa en seda que dedicada a la Virgen de las Angustias se guarda en el archivo de la Colegiata. El anuncio de defensa de la tesis, que en la Universidad de Valladolid haría el dominico del convento de San Andrés de la villa de Medina, Antonio González, tiene fecha de 14 de mayo de 1754. El impresor de este texto fue el vallisoletano Tomás de San Pedro Calderón, que como tal maestro impresor aparece citado en el catastro del Marqués de la Ensenada en 1752 [gif]. El texto aparece orlado por una franja de adornos florales y rematado con una serie de motivos, que recorren exteriormente el documento con águilas bicéfalas coronadas, con un sol en su interior, muy empleadas en la orfebrería de la segunda mitad del siglo XVIII

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