Logo www.delsolmedina.com

Vista panorámica
Medina del Campo. Villa histórica, monumental, escultórica y paisajística
Villa de las Ferias

Correo electrónico
Música de la página

Vd. se encuentra en: - V Centenario muerte de Isabel la Católica

 
V CENTENARIO DE LA MUERTE DE ISABEL LA CATÓLICA

Isabel la Católica
Isabel la Católica

MENÚ DE CONTENIDO


La beatificación de Isabel la Católica en el V Centenario de su muerte
El pasado día 26 se cumplieron quinientos años de la muerte de Isabel la Católica, una figura imprescindible de la historia de España, cuya labor reclama una relectura. Paralelamente, el arzobispado quiere impulsar el largo proceso de beatificación de la Reina
POR LUIS MORENO NIETO/

TOLEDO. El día 26 de noviembre del año 1504 murió la Reina Isabel la Católica; se acaba de cumplir, pues, el V Centenario de su muerte. En estas páginas se ha informado de los actos que se preparan en Toledo para honrar la memoria de esta reina, que permaneció durante largas temporadas de su vida en nuestra provincia y en la capital de Castilla-La Mancha.

El arzobispo de Toledo, Antonio Cañizares, se ha mostrado partidario de impulsar el proceso de beatificación abierto a la Reina de Castilla y ha anunciado la celebración de una serie de actos para conmemorar en Toledo el V centenario.

Allá por el año 1990 centenares de toledanos mostraron su adhesión a las gestiones que entonces se realizaron para acelerar el proceso de beatificación enviando a Juan Pablo II una carta con este texto: «Vivamente ruego a su santidad que impulse el proceso de beatificación de la Sierva de Dios Isabel la Católica, Reina de España». Aquel mismo año, numerosos países americanos declararon el 22 de abril «Día de la Reina Isabel».

El proceso de beatificación se inició en el año 1957 en el Arzobispado de Valladolid; diez años después tuvo lugar una jornada de exaltación isabelina en Media del Campo a la que asistieron cuatro obispos y el ministro de Justicia. Y en el año 1989 se constituyó en Chicago un Comité para promover la beatificación, integrado por los cardenales Lara, Coberry, Law, López, Trujillo y los obispos de Santo Domingo y Castrillón.

30.000 documentos

Más de treinta mil documentos se han reunido ya para demostrar las virtudes heroicas de la Reina vinculada entrañablemente a Maqueda, Ocaña y Toledo. «Nunca me hallo necia sino cuando estoy en Toledo porque no es lo mismo ser reina en Tordesillas que en Toledo», decía. Y cuando alguien en presencia suya comparó a Toledo con otra ciudad castellana manifestó: «Si tan grande, no tan fuerte; si tan fuerte, no tan grande». Ella fue quien compró por seis florines de oro las casas que había sobre el solar que hoy ocupa el monasterio de San Juan de los Reyes, mandado levantar también por ella. En el palacio que había donde hoy se levanta el convento de Santa Isabel pasó largas temporadas; allí están enterrados los restos de su hija, la que fue reina de Portugal, y de su nieto, el príncipe Miguel.

Clemente Palencia Flores, que fue cronista oficial de Toledo y archivero del Ayuntamiento, escribió con ocasión del 450 aniversario del nacimiento de Isabel la Católica una extensa semblanza biográfica de la Reina y su vinculación con Toledo. De aquella publicación aparecida en 1951 y distribuida entre los alumnos de los colegios públicos de la capital recogemos estas referencias:

«Apenas cuenta diez años la Reina Católica cuando es depositada con su hermano Alfonso, durante una ausencia de Enrique IV, en el castillo de Maqueda; allí encontró a la fiel consejera de su vida, Beatriz de Bobadilla, hija del alcaide de aquella fortaleza, que jamás se separó de doña Isabel».

En Ocaña recibió el primer mensaje matrimonial por parte del cínico Maestre de la Orden de Alcántara, don Pedro Girón, hermano del Marqués de Villena, «que quería inclinar la voluntad de la infanta a que quisiese casar con él», según dice Diego de Valera en el memorial de Diversas Hazañas, «e cuando de grado no le pluguiese, tomarla por la fuerza...» «La señora infanta estuvo un día y una noche de rodillas por el suelo, muy devotamente rogando a Dios que le pluguiese matar a él o ella, porque este casamiento no oviese efecto». Y así fue , porque en Villarrubia de Santiago murió de repente «herido por la mano de Dios», dice el cronista Enríquez del Castillo, aquel personaje de alma siniestra que antes había osado atentar inútilmente contra la virtud de la Reina Viuda doña Isabel de Portugal, madre de la infanta.

Pensó la Reina -continúa Clemente Palencia- convocar Cortes en Toledo, por su importancia histórica y por su situación céntrica, ya que tenían que concurrir diecisiete representantes de Burgos, León, Ávila, Segovia, Zamora, Toro, Salamanca, Soria, Cuenca, Toledo, Murcia, Sevilla, Córdoba y Jaén, en calidad de ciudades, además de las villas de Valladolid, Madrid y Guadalajara.

En el capítulo 96 de su crónica escribe Fernando de Pulgar estas líneas en que describe la solemnidad que se celebró en la catedral cuando, acabada la misa, el sacerdote bendijo los pendones de la Orden de Santiago; y el «Maestre Gutierre de Cárdenas con hasta cuatrocientos Comendadores e Caballeros de la Orden, todos vestidos de mantos blancos largos, según su costumbre, e sus hábitos de cruces de espadas colocadas en los pechos, pasaron en procesión entre los dos coros de la iglesia. Y el Maestre entró en el Coro, e fincadas las rodillas ante el Rey e la Reyna, le entregaron de su mano en la suya los pendones e insignias de Santiago, e le dijeron: Maestre, Dios os dé buenas andanzas contra los moros, enemigos de nuestra santa fe católica.

El Maestre recibió aquellos pendones, é besó las manos al Rey e la Reyna: é suplicóles que le diesen licencia para que él, a les facer la guerra que era obligado de facer, porque sirviese a Dios é a ellos, é cumpliese los estatutos de su Orden».

_______________________________________________________________________Subir al inicio Subir al inicio
Una ocasión perdida

Rafael Sánchez Saus

EL 26 de noviembre de 1504 fallecía en Medina del Campo Isabel I de Castilla, conocida universalmente como Isabel la Católica. Aunque su enorme obra sea indiscernible de la de su esposo, Fernando II de Aragón, los rasgos de su personalidad sobresaliente le hubiesen asegurado siempre la categoría de primera magnitud que le ha reservado la Historia.

En cualquier país de nuestro entorno cultural, el V centenario de una efemérides de esta importancia habría merecido una atención política y mediática de primer orden, pero en España solemos reservar nuestras energías para conmemorar derrotas, reivindicar a personajes dudosos y recrearnos en nuestros fracasos colectivos. ¡Qué contraste entre la masiva indiferencia o incomodidad oficiales respecto a Isabel I y el esfuerzo desplegado recientemente en torno a una figura, comparativamente tan menor, como la de Isabel II!

El mundillo académico ha cumplido decorosamente, rindiendo homenaje a la figura de la reina Católica con conferencias y pequeños ciclos, pero en especial a través de un congreso itinerante que, a lo largo del mes de noviembre, ha celebrado sesiones en Valladolid, Barcelona y Granada. En el ámbito de los historiadores que merecen ese nombre, nadie discute hoy los méritos de doña Isabel ni se intenta poner en juicio su persona y obra compulsándolos con los valores admitidos en el siglo XXI, pero impensables en el XV.

Lo que se juzga y valora es la trascendencia objetiva de sus decisiones y actitudes, la capacidad desarrollada junto al rey Fernando para transformar a España, acercarla al concepto moderno de Estado y convertirla en potencia de primer orden. Es elocuente que un universitario de la talla de Julio Valdeón, ejemplo de intelectual comprometido con los valores de la izquierda, haya sido el coordinador y animador de dicho congreso, donde se han reunido los mejores conocedores del reinado y de la personalidad de Isabel. Lamentablemente, el impacto sobre la opinión pública de este género de encuentros es escaso, sobre todo si no tienen el arropamiento necesario de los medios de comunicación y de las más altas autoridades.

Y es que basta un somero recorrido por internet para concluir el escaso interés que nuestros prebostes culturales han puesto en la celebración de este centenario. Si se exceptúa el caso de la comunidad de Castilla y León, los actos programados no suelen traspasar el marco de lo local y, en general, adolecen de una modestia en su planteamiento que pone al descubierto la inasistencia de las instituciones y la falta de apoyos. En muchos sitios, simplemente nada.

En Andalucía salvamos el tipo gracias a las sesiones granadinas del congreso ya mencionado y, sobre todo, a la exposición Los Reyes Católicos y Granada, organizada en esa ciudad por la Sociedad Estatal de Conmemoraciones Culturales con el apoyo del Ayuntamiento, la Junta, la Universidad y varias instituciones financieras. La muestra es magnífica, pero su alcance se nos antoja corto para la ocasión. En palabras de su comisario, Alberto Bartolomé Arraiza, "el objetivo es conmemorar el quinto centenario de la muerte de la reina Isabel bajo la mirada de Granada", pero quizá ese encomiable objetivo acabe ocultando aún más el hecho de que la obra y reinado de Isabel la Católica fueron esenciales no sólo para Granada, sino para toda España y, muy especialmente a mi juicio, para el conjunto de Andalucía.

Además de Granada, también Málaga y Almería fueron reconquistadas durante su reinado. Más aún, Sevilla le debió la fundación de la Casa de Contratación, origen de su grandeza, y Cádiz el monopolio del comercio con el Norte de Africa; Huelva, por su parte, tiene como principal seña de identidad histórica su papel en la gesta colombina, y bien sabido es que ésta no hubiese sido posible sin el empeño personal de Isabel.

Me pregunto si todo esto, y mucho más que podría espigarse en el "curriculum" de la Reina, no es motivo suficiente para que la Junta de Andalucía, tan diligente a la hora de incentivar la memoria histórica en temas de los que cree que puede extraer provecho político, por perturbador que pueda ser el modo de plantearlos, hubiera hecho algo más en esta ocasión que poner parte del dinero de la exposición granadina.

Algo que hubiese recordado a todos los andaluces que, con sus muchas luces y sus algunas tinieblas –la Inquisición fue un "invento" andaluz, originado en Sevilla–, pocos periodos de la historia de esta tierra han sido más feraces, brillantes y cargados de consecuencias que los del reinado de la española más notable de todos los tiempos. Qué ocasión perdida, en especial por mis amigas feministas.

_______________________________________________________________________Subir al inicio Subir al inicio

De Moratinos a Isabel la Católica

ROMAN PIÑA HOMS

Hará unos diez meses, desde luego antes de las elecciones que dieron el poder a los socialistas, tuve el gusto de ser anfitrión de Miguel Angel Moratinos, como director del Departamento de Derecho Público de nuestra Universidad. Se había desplazado al Campus invitado por Luis Garau, catedrático de Derecho Internacional, y después de una interesante mesa redonda con la asistencia de numerosos profesores del Departamento, compartimos manteles en amable conversación, sin suponer en absoluto, creo que ni él, ni desde luego nosotros, que al poco tiempo llegaría a Ministro de Asuntos Exteriores.

En absoluto contaré sus maldades, si las hubo. En cambio quiero reconocer sus bondades, como el testimonio de su sintonía con Abel Matutes, hacia el que dijo sentir auténtica admiración por su buen hacer a su paso por la Cancillería. Y algo más importante: su deseo de que pronto se encontrara un verdadero entendimiento palestino-israelí a través de Arafat, al que calificó como el único líder con la autoridad suficiente como para conducir al tan ansiado proceso de paz. De momento su reflexión parece acertada. Muerto el controvertido personaje, hoy los palestinos se encuentran descabezados y al borde de disensiones que en lugar de aligerar el problema lo pueden agravar hacia derroteros imprevisibles.

Sin embargo, del encuentro con Moratinos, y con ello no falto a la privacidad, me pareció evidente su exceso de espontaneidad, cuando lo propio entre las gentes de su oficio debería ser la discreción. Hoy las cosas están tan trastocadas, que las profesiones ya no «imprimen carácter» como hasta tiempos recientes venía sucediendo. Y es que salta a la vista que ni los diplomáticos son cautos, ni los jueces herméticos, ni los militares ante todo disciplinados. Quizás solo quedamos los profesores con nuestro prurito o etiquetado de siempre, ya que seguimos queriendo dar lecciones a todas horas.

Que Moratinos es excesivo en su hablar, lo hemos visto todos. Millones de españoles, ante las cámaras de televisión, le vimos morderse la lengua. Sacado de sus casillas, demostró en poco menos de un minuto, que se le había escapado algo que no querría haber dicho. Si la imagen que ofreció ante todo el país, no hubiese sido lo elocuente que fue, uno podría imaginarse que de forma premeditada soltó una maldad de éstas que hacen época, para justificar los cambios de rumbo de la actual cancillería española. Pero, y aquí viene mi pregunta, si esto fuera cierto: ¿es bueno para el país, un bandazo de ciento ochenta grados en su política exterior? Pienso que no, pero en cualquier caso rompe con una tradición multisecular, que es la de la mesura, del consenso y de la larga duración, en las relaciones exteriores que protagoniza cualquier país serio. Y esto es tan cierto, que el mismo Rodríguez Zapatero acusa a José María Aznar de haber roto la línea política tradicional, al situarse éste muy pegado a los Estados Unidos.

En fecha más que reciente, el pasado día veintiséis, y desde luego sin pena ni gloria, se ha cumplido el quinto centenario de la muerte de Isabel la Católica. Para no pocos historiadores se ha perdido una excelente ocasión para debatir las grandes líneas de gobierno por ella establecidas, y que marcarían durante siglos el futuro de la política española; unas acertadas, otras desgraciadísimas, como el establecimiento de la Inquisición y la expulsión de los judíos. ¿Y a qué viene Isabel después de Moratinos? Pues a que Isabel, al igual que el controvertido ministro socialista, protagonizó un excepcional caso de cambio de la política exterior de su país, constante desde hacía siglos. Para los castellanos, su aliado exterior podemos decir que venía siéndolo Francia. Al casarse la reina con el monarca aragonés, toda esta política se trastocaría, al servicio de los intereses y las constantes relaciones catalana-aragonesas con Inglaterra y el Mediterráneo. Esta imposición aragonesa no concluiría con la muerte de la reina, sino que se prolongaría hasta el siglo XVIII. Después, tras los borbónicos pactos, durante buena parte del XIX y del XX la monarquía española apostaría por la neutralidad. Se pagó caro en algún sentido, como el de quedarse sola durante el desastre colonial del 98. Pero nuestros dirigentes sabían perfectamente que la estructura y el navegar de la nave hacían muy peligroso cualquier giro excesivo.

En nuestro diminuto Reino de Mallorca también las cosas fueron muy parecidas. Una vez trazada su política exterior, nuestros reyes la mantuvieron invariable. Frente a Cataluña y para marcar distancias, su alianza se mantendría con Francia y con la república de Génova, y sólo con nuestra reincorporación a la Corona de Aragón, los baleares, y muy a pesar nuestro, tuvimos que contemplar a los genoveses como adversarios.

Siempre nos preguntaremos qué constante en política exterior es la más acertada. Para Isabel -no sabemos si para Moratinos- no hubo alternativa. Yo siempre creeré que era mujer inteligente y que, como nos lo recordaba Rosa Estaràs, hace pocos días en Palma, al clausurar el ciclo de conferencias sobre su figura, tuvo la energía de querer ser reina de verdad, pese a su condición femenina, transformándose, para bien o para mal, en auténtica mujer de Estado. Pero Fernando era mucho Fernando. Le toleró su romántica aventura americana -al principio un auténtico chasco- . Compartió intereses en la guerra de Granada y en el norte de Africa, pero a no dudarlo él fue quien marcó las directrices maestras del reinado de aquella monarquía de dos coronas, en una época en que, como en todas, internacionalmente se iba a dentelladas.

Cuando Isabel termina sus días en Medina del Campo, la situación no puede resultar más alarmante. Francia se está empeñando en enfrentar a la real pareja para que Fernando desaparezca de Castilla y deje libre el camino al impresentable yerno Felipe, aliado de sus adversarios. Se impone la reina con su último codicilo, confirmando a su marido como regente, y algo dice a todos, que aventuras sin saber a donde vamos, ni pensarlas. ¿Sabrá nuestro Moratinos, que las cosas hay que sopesarlas en extremo, y que en política exterior, aliados o adversarios lo son del Estado y no del canciller de turno?

_______________________________________________________________________Subir al inicio Subir al inicio

30-11-04 Cañizares lamenta el silencio de algunas instituciones ante los actos de Isabel I
La catedral de Toledo acogerá una muestra de objetos relacionados con la Reina Isabel la Católica y el entorno político, social y cultural de la época
F. M. DOMÍNGUEZ/

El arzobispo presentó ayer los actos del V Centenario de la muerte de la Reina.
El arzobispo presentó ayer los actos del V Centenario de la muerte de la Reina.

TOLEDO. El arzobispo de Toledo, Antonio Cañizares Llovera, lamentó ayer el silencio y la sordina que algunas instituciones oficiales y admnisitraciones públicas han colocado a la conmemoración del V Centenario de la muerte de Isabel la Católica. El prelado considera que desde algunos medios oficiales se guarda un silencio «superficial y vergonzante» ante una figura trascendental para la historia de España. Expresó su malestar porque se «se da más importancia a otros personajes que no tiene la relevancia de la Reina Isabel».

Monseñor Cañizares hizo estas declaraciones durante la presentación de los actos que el Arzobispado ha organizado para conmemorar la muerta de Isabel de Castilla, de quien destacó su fe «tremendamente cristiana», su estrecha relación con la diócesis de Toledo, el protagonismo que tuvo en la renovación de la Iglesia y la evangelización de América y el proceso que inició en busca de la unidad de España.

Europa y los Reyes Católicos

Los actos comenzaron ayer con el ciclo de conferencias «Isabel y Toledo, el legado de la Reina Católica». La primera intervención corrió a cargo de Vicente Ángel Álvarez Palenzuela, comisario de los actos que ha prepara el Arzobispado, quien habló de «Europa en la época de los Reyes Católicos».

Serán un total de ocho conferencias que se celebrarán en la Sacristía de la catedral y que comenzarán a las siete y media de la tarde. Hoy, el turno será para el doctor José García Oro, que desgranará las personalidades de dos arzobispos toledanos, los cardenales Mendoza y Cisneros. Mañana, Ramón Gonzálvez disertará sobre «Imprenta y Sociedad en tiempos de Isabel la Católica» y, el jueves, Tarsicio de Azcona explicará «La reforma religiosa en el reinado de Isabel I». El ciclo se reanudará el día 13 y concluirá el día 16.

El programa de actos en memoria de la Reina Isabel incluye una misa en la catedral, en el mes de marzo del año que viene, en la que se interpretará la Misa de Réquiem que fue compuesta para las exequias de La Católica.

Ese mismo mes se inaugurará una exposición en el templo primado que, bajo el título de «Isabel y Toledo», pretende ofrecer una muestra de la Reina y su época a través de objetos de arte, documentos, armas, joyas etc., compuesta casi en su totalidad por piezas provenientes de la archidiócesis. También se integrarán lugares de la catedral relacionadas con Isabel de Castilla como el retablo, el coro, la capilla mozárabe, la capilla del Condestable, la capilla de Reyes y el Tesoro.

La conmemoración se completa con dos conciertos de música de la época de la Reina que se celebrarán en la catedral. Los intérpretes y las fechas están aún por confirmar.

_______________________________________________________________________Subir al inicio Subir al inicio

Opinión: JESÚS GARCÍA BURILLO: “La Reina Isabel, testigo de la fe católica”
Escrito el Jueves, 02 diciembre a las 00:00:00

El pasado 26 de noviembre se celebró el V Centenario de la muerte de Isabel la Católica.

Una excepcional mujer abulense, grande por muchas razones. Una gran reina, una gran mujer, una gran cristiana. Católica la ha llamado la historia desde que Alejandro VI les otorgó, a ella y a D. Fernando, el título de Reyes Católicos, y así la seguimos llamando nosotros. Las Edades del Hombre le ha dedicado un capítulo de su Exposición.

Con él la Fundación ha querido recordar, precisamente en Ávila, la efeméride de su muerte. A este capítulo se le ha llamado: Por los caminos de Agua: Madre de América. Con él se ha pretendido dar un homenaje a la excepcional reina abulense.

La Reina fue una mujer piadosa, con gran espíritu de oración. Su capellán italiano el humanista Lucio Marineo Sículo dice de ella que oía misa a diario y rezaba las horas canónicas, como si fuera una monja, a pesar de los múltiples asuntos de Gobierno que día y noche la obligaban. Era su vida más contemplativa que activa. Recordaba con frecuencia el dicho de la época: los monarcas que no tienen temor de Dios tienen temor de sus súbditos.

A los diecinueve años, siendo ya Princesa de los Reinos de Castilla, fue admitida por el Ministro General en la Hermandad de Menores de San Francisco: Os recibimos en nuestra Hermandad con el derecho a ser partícipe de los sufragios de nuestra Orden. De ella se decía: siempre antes que comenzase las cosas, las encomendaba mucho a Dios con oración y ayuno y escribía a santas personas que lo encomendasen a Dios.

Su devoción al Santísimo Sacramento la llevó a escribir a los obispos amonestándoles sobre el cuidado y atención que debían prestar a esta devoción: en muchas de las iglesias parroquiales de vuestro obispado no se trata al Santísimo Sacramento con la solemnidad y reverencia que conviene, y que no está en caja de plata ni se renueva a los tiempos convenientes.... porque es cosa muy justa y razonable que el Santísimo Sacramento sea tratado con mucha reverencia, honor, solemnidad y limpieza.... quise escribiros sobre ello – dice a los obispos- rogándoos que luego hagáis visitar las dichas iglesias y deis orden cómo todo lo susodicho provea y haga como conviene al servicio de Dios nuestro Señor.

Con su piedad, su firmeza y su generosidad, lograron los Reyes Católicos la reforma de costumbres, la reforma de Órdenes religiosas masculinas y femeninas. Al servicio de la reforma de la Iglesia la Reina Isabel buscó obispos, sacerdotes, frailes y monjas, laicos, cristianos consecuentes reformados. La observancia que ya había comenzado en algunas Órdenes (franciscanas, dominicas) se extendió en general, a las demás. La renovación consistía fundamentalmente en un regreso a las fuentes de las fundaciones: autenticidad y exigencia interior.

La Evangelización de América El testimonio público cristiano de la Reina Isabel, que ha quedado para la historia de la Iglesia y la historia universal, ha sido la Evangelización de América. En septiembre de 1493, mientras Colón preparaba lo necesario para el segundo viaje, Fernando e Isabel escribieron al Almirante en estos términos: Enviamos al P. Boil junto a otros religiosos para que los indios puedan estar bien informados acerca de nuestra fe. Quiere esto decir que, desde el primer momento en que tuvieron noticia del descubrimiento de América, los Reyes Católicos pensaron y decretaron el envío de misioneros para la evangelización del Nuevo mundo.

En 1501 ordenaban a Nicolás de Ovando, Gobernador de la Española: Deseamos que los indios sean convertidos a nuestra fe católica y que se salven sus almas, porque es este el mayor bien que quepa desear y por esta causa deben ser informados de los detalles de nuestra fe.

En marzo de 1503 los monarcas promulgaron un decreto sobre la educación de los indios, según el cual cada poblado debía contar obligatoriamente con una iglesia, un capellán y un hospital; los niños serían educados en la fe cristiana; junto a la iglesia debía construirse una casa a la que los niños pudieran ir dos veces al día y en la que el capellán no sólo les enseñe a leer y escribir, sino también a santiguarse y aprender el Padre Nuestro, el Ave María, el Credo y la Salve.

En el codicilo fechado el 23 de noviembre de 1504, tres días antes de su muerte, Isabel añadía a su testamento una referencia expresa a la Evangelización de los indios del Nuevo Mundo: Cuando nos fueron concedidas por la Santa Sede Apostólica las islas y la tierra firme del mar océana, nuestro principal objetivo fue la introducción de nuestra santa fe católica, y garantizar que las gentes de allí la aceptaran, y también enviar prelados, monjes, sacerdotes y otras personas doctas y temerosas de Dios para instruir en la fe y enseñar y adoctrinarlas con buenas costumbres y poner en ello la diligencia debida.

El 12 de octubre de 1984 el Papa Juan Pablo II, después de visitar la Basílica de la Virgen del Pilar en Zaragoza, significando la relación entre la Iglesia de España y la evangelización del Nuevo Continente, presidió en Santo Domingo varios actos como preparación de la celebración del V centenario de la evangelización de América. Esta tuvo lugar con una nueva visita del Papa del 9 al 14 de octubre de 1992.

Recordando esta visita decía Juan Pablo II en Madrid (1993): En el marco de la celebración del V Centenario de la Evangelización de América, el 12 de octubre pasado en Santo Domingo, y junto con el episcopado americano quise dar gracias a Dios una vez más por “la llegada de la luz que ha alumbrado de vida y esperanza el caminar de los pueblos, que hace ahora quinientos años, nacieron a la fe cristiana”. Aquel descubrimiento que cambió la historia del mundo, fue una apremiante llamada del Espíritu a la Iglesia.

Los pueblos de América hoy son cristianos y damos por ello gracias a Dios, reconociendo que la obra de la evangelización realizada no habría sido posible sin el apoyo de la Corona y el duro y generoso trabajo de tantos hombres llenos de fe. En estos 500 años más de 200.000 misioneros españoles han dedicado lo mejor de sus vidas al servicio de los pueblos de Hispanoamérica. Es el fruto de la fe católica de la Reina Isabel.

La muerte de la Reina Católica Los últimos días de Isabel acaecieron en Medina del Campo. Allí hizo su testamento. En él doña Isabel manda, humildemente, que su cuerpo sea sepultado en la Alhambra, en un monasterio franciscano, sea de religiosos o de religiosas, vestida con el hábito de San Francisco, en una sepultura baja, sin escultura alguna, sólo con una losa llana. Sin embargo, si el Rey eligiera sepultura para él en otra iglesia o monasterio de mis reinos, ruega que su cuerpo sea trasladado y sepultado junto al cuerpo de su marido, el don más grande que Dios le había hecho en su vida: el marido que Dios me ha dado. Sus funerales serán sencillos; lo que se había de gastar en lutos, se invierta en ropa para los pobres, y la cera que en las exequias habría de consumirse, que arda ante el sacramento en alguna iglesia pobre.

La causa de Beatificación La fama de santidad de Isabel ha sido constante a partir de su muerte. Las manifestaciones de admiración por los valores cristianos y la santidad de la Reina Isabel son abundantísimas en número y calidad. Superan los elogios de una persona noble o virtuosa.

Algunos ejemplos: Jamás la naturaleza produjo una mujer semejante a ella (Pedro Mártir). Desaparece una Reina que no tendrá semejante en la tierra por la grandeza del alma, la pureza del corazón (Cardenal Cisneros). Los enemigos de la fe católica la han llamado “fanática” porque era piadosa; la Iglesia y la Historia la ha apellidado la Católica. No sabemos que ninguna mujer haya contribuido como ella a extender los límites de la catolicidad (Cardenal Herrera Oria).

En estos años han solicitado la Beatificación de Isabel la Católica 105.600 fieles, entre los que se encuentra S. M. el Rey de España y otras importantes personalidades. El 13 de septiembre de 2001 el Cardenal Rouco, presidente de la CEE, solicitó al Santo Padre, en nombre de los obispos españoles, la prosecución de la causa de canonización de la sierva de Dios Isabel I, Reina de Castilla y León.

El testimonio de la Reina abulense

1.- Mujer cristiana en política. La reina demuestra en su vida la coherencia entre los valores humanos y los valores cristianos, entre la vida cristiana y la política.

2.- Excepcional mujer. Isabel ha sido una excepcional mujer. Es admirable su genio femenino al dirigir sabiamente la cosa pública y la promoción de la mujer, que alcanzó hasta cimas desconocidas.

3.- Modelo de familia. Isabel ha sido también modelo de familia: encarnó en su vida las virtudes familiares de hija, manteniendo un amor indecible a su madre; de hermana, expresando todo su afecto a sus hermanos; de esposa fiel de su esposo, que no lo fue con ella de la misma manera; de madre solícita de cinco hijos, a quienes atendió lo mejor posible, no siempre en la medida de sus deseos, sin descuidar las obligaciones del gobierno.

4. Amor a la Iglesia. Isabel fue ejemplar en su amor a la Iglesia, al Papa, a los Obispos, a las Órdenes religiosas.

El 20 de noviembre la diócesis de Ávila dio gracias al Señor por la vida y la obra de la Reina Isabel la Católica en el Monasterio de Santa María de Gracia de Madrigal de las Altas Torres, en el mismo lugar de nacimiento de la Reina. La Eucaristía estuvo presidida por el Sr. Nuncio de Su Santidad en España y el Sr. Obispo de la Diócesis.

En la oración colecta pedimos al Padre: Padre de todos los dones, enséñanos a reconocer los beneficios de tu amor: la vida de Isabel la Católica ha sido para la Iglesia y para España un beneficio de tu amor. Queremos reconocerlo, agradecidos a Dios y a la propia Reina Isabel.

--- Jesús García Burillo es obispo de Ávila.

_______________________________________________________________________Subir al inicio Subir al inicio
Balance del V Centenario
José Ignacio Espeso

A nadie se le escapa que el V Centenario de la Muerte de Isabel la Católica ha tenido más cosas positivas que negativas, excelsos acontecimientos que vienen marcados fundamentalmente por las exposiciones que en nuestra villa se han desarrollado y siguen desarrollándose durante el presente año y que han beneficiado a otros sectores que deben tener muy presente que a partir de estos momentos deben implicarse mucho más en el desarrollo de Medina Del Campo, pues en nuestra villa estamos demasiado acostumbrados a que nos den todo hecho y lo que es peor, a portar lo mínimo, criticar injustamente lo que se hace y querer obtener el máximo beneficio. Y es que una sociedad que no es generosa en sus comportamientos podrá progresar individualmente, pero jamás lo hará en beneficio de todos, con el consiguiente riesgo que ello supone para el conjunto de la sociedad.

Tampoco a nadie se le debe escapar que el V Centenario ha sido ante todo una conmemoración histórica y un evento cultural y nada más. Un acontecimiento que debe ser el arranque para que en los sucesivos se puedan realizar actos culturales que beneficien a Medina del Campo y a su Tierra. Por ejemplo: se debe potenciar el día 26 de noviembre, como un día en la memoria de todos los medinenses y no en unos pocos medinenses, realizando actos que atraigan al turismo cultural a nuestra villa, Para ello se deben mejorar acontecimientos como el pretendido "cortejo fúnebre", que no fue tal, sino una representación teatral entresacada de un cuadro del siglo XIX, realizado el "cortejo fúnebre" y la proclamación de la reina Juana como reina de Castilla, partiendo de la documentación histórica y con el consiguiente hermanamiento con la villa hermana de Tordesillas.

Pretender por tanto, ver en el V Centenario hechos que jamás existieron o que desafortunadamente se tergiversaron en épocas de nuestro pasado más reciente y de nuestro presente, es sacar las cosas de quicio y liar la madeja, buscando significaciones que no existen y elucubraciones que nada tuvieron que ver con la época de Isabel I de Castilla. Y es que la figura de Isabel la Católica es una figura histórica relevante, que desgraciadamente ha sido y aún lo es contaminada por ideas de todo tipo: políticas religiosas... etc., que hacen que un magno personaje de nuestra historia un arma arrojadiza para conseguir propósitos al margen de lo estrictamente histórico. Y es que deberíamos tener claro, que una persona al convertirse en personaje histórico es por lo que hizo en un momento determinado de la historia y no en cualquier momento de la historia. Isabel de Castilla es un personaje histórico, relevante sí, pero nada más. Su política, su pensamiento y sus obras sucedieron en unas circunstancias concretas y eso es lo que debemos aprender y valorar, pero jamás trasladarlo a nuestros tiempos, pues es entonces cuando cualquier personaje se puede manipular y por tanto tergiversar toda su importancia histórica. Y es que cualquier persona, tiene un cometido en su vida, unos se dedican a la política, otros a la religión, otros a la medicina, pero cuando desaparecen de este mundo, nos legan una obra que debe ser analizada por los historiadores.

Este es el gran fallo de nuestro tiempo, que se olvida la existencia de unos profesionales dedicados al estudio, investigación, conservación y difusión de lo que nuestros antepasados nos dejaron y se politiza cualquier evento histórico. Y aquí es donde se entrevén los fallos que tuvo nuestro V Centenario en algunos de sus actos, fundamentalmente porque no se consultó con los verdaderos profesionales, se buscó un rendimiento político al que desgraciadamente nos estamos acostumbrando por parte de nuestra clase política, sea del color que sea y hubo reacciones desmedidas de algunos ciudadanos motivadas por el desconocimiento de la época y la figura histórica de Isabel I de Castilla.

Por ejemplo: ¿no se podría haber implicado mucho más a la Casa Real actual, en vez de a la clase política, pues al fin y al cabo Isabel fue reina de Castilla? ¿no parece excesivo tener tres esculturas de una misma persona en la villa? ¿no podrían haberse puesto en liza otras ideas para recordar el V Centenario? ¿no podría haber puesto en la escultura de Santiago de Santiago, por cierto, muy buena escultura, la frase, "unión de nuestros reinos" y no la de unidad nacional que no se dio en la época de Isabel de Castilla? ¿no podrían comprender aquellos que atentan, pintando o destruyendo el patrimonio monumental de todos, que los acontecimientos que sucedieron en la época de Isabel, nunca se pueden extrapolar a nuestra época actual y que además cuesta dinero a todos? ¿no se podría haber puesto en el programa de estos actos conmemorativos: "si la climatología no lo impide", para desarrollar actos como los fuegos artificiales y evitar así un despilfarro? ¿no existen en Medina del Campo asociaciones de todo tipo y condición que lo hubieran prestado, con el consejo asesor y oportuno, a la realización de un cortejo fúnebre recreando lo que sucedió en Medina hace ya quinientos años, engrandeciendo el día cumbre del V Centenario y beneficiando así a la villa?

En fin, preguntas y más preguntas que son ahora, a toro pasado, más fáciles de formular, pero también motivo de reflexión para mejorar en un futuro, pues acontecimientos históricos en Medina del Campo jamás nos van a faltar y personas que asesoren correctamente a estos actos tampoco, por eso desde el conocimiento, la reflexión, la comprensión y sobre todo el respeto, pues jamas se debe dudar de la buena voluntad de quienes trabajan para hacer cosas para todos, debo decir que cuando algo no encaja en nuestro pensamiento o sale mal, hay que saberlo decir, para no no se vuelvan a repetir en el futuro, pero sobre todo, hay que ponerse siempre en la piel del otro y decir también lo que ha salido bien. Espero haberlo conseguido.

_______________________________________________________________________Subir al inicio Subir al inicio

Isabel de Trastámara, la Católica

8 de diciembre. Recientemente tuve ocasión de escuchar en Radio Nacional de España una entrevista efectuada al profesor Luis Suárez Fernández, una de las mayores eminencias en torno a la Reina Isabel la Católica. El pasado viernes 26 de noviembre se cumplía el V Centenario de su fallecimiento, bajo cuyo reinado hubo mayores luces que sombras.

El profesor Suárez Fernández argüía que en torno a su reinado confluyeron una serie de elementos muy particulares, como son la unión nacional de España, siendo el primer país de Europa en unificarse, pero también otros muy interesantes, como la indudable gesta del Descubrimiento, y el reinado bajo el cual penetran en España las modernidades del Renacimiento, que en España se hicieron convivir muy bien con la fe católica. Además, España aparece como nueva potencia europea, de cuya escena no se desalojará de tal condición hasta pasados cuatro siglos. Destacó el profesor Suárez Fernández el hecho de que aún está en vistas el proceso de beatificación de la reina española por su defensa de la fe católica en tiempos tan difíciles, siendo él uno de los testigos confidenciales de tal procedimiento abierto en el Vaticano.

La de Isabel la Católica es una figura difícil de entender en nuestros tiempos, primero porque tendemos a juzgar la Historia con los valores que nos son coetáneos. Hoy no se comprende la singularidad del hecho de que Isabel fue reina en un tiempo en que eran los hombres los que llevaban el peso de los gobiernos. Ella supo aportar un significado muy interesante a la Monarquía española, fundamentalmente por el hecho de que compartía decisiones con su esposo, el Rey don Fernando, contribuyendo con su fina sensibilidad femenina.

Mis amigos de la Asociación Cultural Cristóbal Colón y los Caballeros de la Hispanidad festejan estos días este aniversario en la ciudad de Medina del Campo, villa histórica, monumental, escultórica y paisajística, hoy ciudad de las ferias, donde falleció la reina. Mantengo aún lazos con estas entidades, la primera de las cuales fundó don Cristóbal Colón de Carvajal, duque de Veragua, descendiente directo del Descubridor de América. El duque de Veragua –"ver agua", ducado originariamente concedido por los Reyes Católicos a Colón por el hallazgo de las tierras americanas–, prologó a mi padre por mediación de don José María de Domingo-Arnau y Rovira, un libro editado en 1992 con motivo del V Centenario del Descubrimiento, auspiciado por la Comisión oficial que se organizó al efecto.

Pocas veces a habido en España reinas genuinamente españolas y, ahora que estamos abocados de nuevo a disfrutar de ese singular honor por la línea de Doña Letizia –pongo el listón muy alto– conviene poner la figura de la Reina en su exacto lugar.

_______________________________________________________________________Subir al inicio Subir al inicio

27-12-04 - Isabel de Castilla, cinco siglos después
Por Jorge Ortiz Barili
Para LA NACION Buenos Aires,Buenos Aires,Argentina

La reina Isabel de Castilla, venerada en el siglo XV por sus virtudes cristianas así como por su obra civilizadora y su genio político, murió un 26 de noviembre, hace ahora quinientos años. La historia de la Iglesia -inseparable de la historia humana, en tanto no se pongan de acuerdo los profetas sobre el cielo o el infierno que nos espera- ha dejado perfectamente en claro que a esta reina valiente y piadosa le cupo una participación decisiva en la unidad de la nación española, en la defensa de la fe católica, del destino mismo de la civilización europea -mortalmente amenazada por el avance de la Media Luna otomana- y en la evangelización de nuestra América.

Es, a menudo, vituperable la intención capciosa de tergiversar la historia. Porque cinco siglos han dado ya un veredicto en las cuestiones de fondo que atañen al prestigio de las naciones y su gravitación universal. Isabel la Católica, sin discriminar en absoluto la conciencia religiosa de árabes y sefarditas -sabios o artesanos- que vivían en León, Castilla y Andalucía, mucho mejor que en sus arenales de origen, elevó hasta niveles de asombro los índices de la cultura en el idioma, las ciencias y las artes. Y el eclecticismo filosófico de Toledo, Salamanca, Sevilla y Alcalá de Henares (la Biblia políglota, en hebreo, caldeo, griego y latín) deben mucho a la reina ecuménica.

Augusta mecenas

Contemporáneamente, en el seno de una modesta familia de tejedores judíos de Savona, pequeña población de Liguria sobre el golfo de Génova, el joven Cristoforo Colombo -el futuro almirante de los Reyes Católicos- habría de distinguirse de sus hermanos y de sus mayores por una vocación singular de empresa heroica y de aventura temeraria, mucho más allá de los horizontes que limitaban su ambición gigantesca. Las lecturas de Eratóstenes y Strabon, el dominio del latín y su innata curiosidad por las ciencias de la navegación, al alcance de cualquier estudioso en los dominios de esa pujante república marítima, rival de Marsella y Barcelona como lo fuera de Pisa y de Venecia, decidieron el destino de Cristóbal Colón. Y el prodigioso futuro de América y del mundo cristiano, de la mano -y de la visión ecuménica- de una mujer por muchos conceptos la más extraordinaria figura histórica de su siglo en el mundo: la reina Isabel de Castilla.

En la imaginación febril del genovés hebreo prevalecían, sin embargo, sobre la homérica odisea del rey de Itaca o de los argonautas, las peripecias más reales de Marco Polo desde Venecia, por tierra, a Catay, o de Bartolomeu Dias, desde Lisboa, por mar, siguiendo el litoral del oeste africano, como en el periplo del cartaginés Hannon?

Nadie prestó oídos a Cristóbal Colón, ni siquiera en la corte lusitana, a la sazón meca de la exploración naval y de la cosmografía. Pero su tenacidad encontraría eco en Isabel la Católica, artífice de la titánica epopeya cristiana que trascendió las fronteras de la Península para llevar el Evangelio in partibus infidelium . Ochocientos millones de americanos -caucásicos o morenos- que creen en la redención de la Cruz conmemoran con reconocimiento y admiración desde este lado del Atlántico las capitulaciones de Santa Fe, a la vista del alcázar rojo de Boabdil, entre la reina y el almirante que alumbraron el nuevo continente, en 1492, entre la fe inmarcesible de una mujer religiosa y clarividente y la perseverancia de un navegante llamado Cristoforo, portador de Cristo contra viento y marea.

Símbolos, respectivamente, de virtudes nacionales y de santidad, Isabel, y de ambición de la gloria Cristóbal Colón, ambos habían nacido el mismo año, 1451: en el castillo de Madrigal de las Altas Torres (Avila) la genial estadista española, y en las inmediaciones de Génova el intrépido marino.

La insigne heroína de la Reconquista murió el 26 de noviembre de 1504, en el castillo de la Mota (Medina del Campo) y sus restos fueron trasladados a Granada, donde reposan junto a los de Fernando de Aragón, en las faldas de la Alhambra, en el mausoleo erigido en la catedral por disposición del emperador Carlos V, nieto de los Reyes Católicos.

Presididos por el ecuánime humanista Karol Wojtyla, los eruditos de la hagiografía en la Santa Sede han de considerar ahora, en la perspectiva serena de cinco siglos, los merecimientos canónicos de una reina que durante más de treinta años fue la admiración del mundo, la égida insobornable de su altiva nación y la honrada madre bautista de nuestra América cosmopolita.

Y desde un punto de vista crítico, pero objetivo, ¿quién osaría poner en tela de juicio la trascendencia de los sacrificios a que debió hacer frente Isabel la Católica en su histórica defensa -necesariamente militar- de la religión, de Roma y de Occidente, contra el fanatismo suicida e inexorable del invasor?

Los detractores de su política religiosa suelen confundirla, maliciosamente, con la intransigencia visceral de Torquemada y otros inquisidores siniestros, e incluso del propio Fernando de Aragón, en decisiones que han merecido la condena de la historia, por más que hayan sido en absoluto ajenas a la volición de una reina que consagró su vida al bienestar de su pueblo, al mismo tiempo que prodigaba una preciosa ayuda logística y espiritual a los batallones de la legendaria caballería andaluza que enarbolaban el estandarte del apóstol Santiago al pie de los alcázares del moro en Ronda, Málaga, Alhama, Baza, Granada, Almería?

_______________________________________________________________________Subir al inicio Subir al inicio

27-12-04 - Pequeño homenaje
JOAQUÍN MARTÍN DE UÑA/

Belén de la familia Angulo en homenaje a la Reina Isabel I instalado en El Corte Inglés. /
Belén de la familia Angulo en homenaje a la Reina Isabel I instalado en El Corte Inglés. /

EL 26 de noviembre del año 1504 fallecía en Medina del Campo la reina Isabel I, 'La Católica', por lo que la conmemoración del quinto centenario del fallecimiento de la mayor reina de España ha supuesto un año de homenajes relacionados con dicha efeméride.

Conferencias, conciertos y publicaciones sobre la música, la literatura o la gastronomía de la época han servido para recordar los transcendentales sucesos de su reinado. No ha estado ausente de dicha actividad EL NORTE DE CASTILLA, con la publicación gratuita de la edición facsímil del testamento de la reina. La conclusión de la Reconquista con la toma de Granada, el descubrimiento y comienzo de la conquista de América, la implantación en España de la imprenta, la realización del arte Isabelino (barroquismo del gótico y antecedente del renacentista), la protección de la ganadería con la recuperación de la Mesta..., son algunos de los hechos que han movilizado durante un año a personas e instituciones que han querido recordar el importante legado de la reina.

Junto a las grandes celebraciones, y en uno de los actos finales, una centenaria familia de belenistas, la de los vallisoletanos Angulo, han querido aportar su homenaje mediante la construcción de un belén castellano y leonés.

La costumbre napolitana de instalar nacimientos, se generalizó en España por Carlos III con el llamado 'Belén del Príncipe', (que con el paso de los años, llegó a contar con seis mil figuras, y que tras sucesivas vicisitudes se repartieron la mayor parte de las mismas entre particulares e instituciones, algunas de las cuales son patrimonio del Museo Nacional de Escultura de Valladolid), la familia de belenistas ha situado su última creación en la región de Castilla y León del siglo XV.

Algunas piezas de su belén en la Alcarria y de su belén castellano se han incorporado al belén castellano y leonés montado en homenaje a la primera Isabel. De entre las nuevas piezas elaboradas por la familia cabe ser destacada la reconstrucción del Palacio de Juan II, junto a las murallas de Madrigal de las Altas Torres, tomado de un dibujo del antiguo palacio antes de la última (y no acertada) restauración del monumento. Frente a él se ha reconstruido una plaza en el que se ubica un mercado de la época del acontecimiento, en que junto a los animales se observan productos vegetales de la región.

Hay réplicas de edificaciones auténticas (Calatañazor, Sayago), así como casas entramadas de tapial y adobe, tan frecuentes en la arquitectura rústica regional. La presencia en la creación de la familia Angulo de palomares y hornos leoneses se engarza con un clásico pinar y ruinas de fortalezas medievales.

Otras aportación al belén es la matanza de los Inocentes y la gran cabalgata que acompaña a los Reyes Magos en su camino hacia el portal, donde la Sagrada Familia aparece vestida con trajes elaborados con antiguos tejidos, acompañados de complementos de la época recreada.

El Corte Inglés de la calle Constitución ha acogido la creación de la familia Angulo, para que los vallisoletanos conozcan un poco más la tradición, al tiempo que cumplen con la afición de visitar nacimientos.

_______________________________________________________________________Subir al inicio Subir al inicio

 

08-01-05 - La última voluntad de Isabel I
El Norte ofrece gratuitamente a sus lectores el facsímil del testamento de la Reina Católica en 20 láminas que se entregarán a partir de mañana
Texto e imágenes de
/El Norte.

Con motivo del 500 aniversario de la muerte de Isabel la Católica que se acaba de conmemorar, EL NORTE DE CASTILLA pone a disposición de sus lectores palentinos el testamento de la reina, un documento singular, que se encuentra depositado en el Archivo de Simancas, y a través del cual podemos conocer a la mujer y a la monarca que fue Isabel por las disposiciones que dejó a su fallecimiento.

EL TESTAMENTO

Testamento de Isabel la Católica

Consta de 20 láminas, con el texto original y su traducción al español moderno realizada por el profesor Manuel Barrios Aguilera, de la Universidad de Granada.

Entregas

Las láminas se encartarán en el periódico, gratuitamente, de lunes a jueves hasta el 8 de febrero del 2005.

Primera entrega

Junto a la introducción del testamento, los lectores obtendrán una carpeta contenedora, así como otra segunda lámina con la presentación realizada por el historiador Miguel Ángel Laredo de Quesada.

El testamento llega a los quioscos, a partir del mañana, de lunes a jueves, en 20 láminas que se encartarán gratuitamente con el periódico hasta el 8 de febrero del 2005. Con la primera entrega, EL NORTE DE CASTILLA regalará una carpeta contenedora, cuya portada plasma el cuadro pintado por Eduardo Rosales en 1864, y la presentación del testamento a cargo de Miguel Ángel Laredo Quesada, miembro de la Real Academia de la Historia y gran estudioso del reinado de Isabel I.

La edición facsímil del testamento, que se ha realizado con permiso del Ministerio de Cultura y del Archivo de Simancas, se ofrece en castellano antiguo, con su versión modernizada en el anverso de la página.

El testamento, redactado el 12 de octubre de 1504, en Medina del Campo, cuando Isabel I, enferma y cansada, intuía ya que se encontraba a las puertas de la muerte, es un documento histórico excepcional, que da cuenta de la visión política de la reina y de su preocupación porque a su muerte todo quedara bien atado, a nivel personal e institucional.

Valor histórico

Miguel Ángel Ladero define el testamento como un «documento de extraordinaria importancia política», así como un testimonio de primera mano de la personalidad moral de la reina, que en la introducción hace una extensa declaración de religiosidad.

El texto recoge las disposiciones de la Católica para sus funerales, que ella ordena sencillos y sin fastos, en «una sepultura de losa baja, en el monasterio franciscano de La Alhambra».

De su calidad humana da cuenta la preocupación por pagar todas las deudas que tuviera a su fallecimiento y así se lo encarga a su esposo Fernando, auxiliar con limosnas a doncellas pobres y a «cautivos en tierra islámica», y de continuar en el pago de rentas y dotes de sus hijas, su nieto y, en especial, de su marido, al que lega: «la mitad de las rentas procedentes de las Indias» y diez millones de maravedíes.

Según Laredo Quesada, la principal finalidad del testamento es declarar a la princesa Juana como heredera universal del reino, estableciendo también el orden de sucesión, en el que al príncipe Felipe solo se le alude en su condición de marido de Juana, sin ninguna atribución.

El testamento que EL NORTE DE CASTILLA pone a partir de mañana a disposición de sus lectores palentinos tiene un gran valor histórico y documental.

_______________________________________________________________________Subir al inicio Subir al inicio

21-02-05 - ‘Si convenit’, como ayuda a beatificar a La Católica
El proceso de beatificación de Isabel I avanza gracias a que pronto se aprobará el reconocimiento de sus virtudes, además de conocerse su milagro
IVÁN LOZANO

La bula "Si convenit" que conserva el Archivo de Simancas, firmada por el Papa Alejandro VI el 19 de diciembre de 1496, concedió el título de Reyes Católicos por cinco causas a los reyes Isabel y Fernando. Esta es la base del trabajo que el padre agustino Fernando Campo del Pozo recoge en el libro Catolicismo de la reina Isabel y del rey Fernando, editado por el Ayuntamiento de Medina con motivo del V Centenario de la muerte de Isabel la Católica.

La bula publicada en latín y castellano forma parte de los documentos para el procedimiento de beatificación de la soberana castellana. «Es la primera vez que se transcribe en su totalidad y en dos idiomas, ya que anteriormente la transcripción parcial la realizó un Jesuita y con algunas erratas» aseguró Campo.

Según el Padre Agustino, hay cinco motivos a los que Alejandro VI se refirió para otorgar el título de Católicos: «La primera fue la unificación de los reinos; la segunda, la conquista del reino musulmán de Granada; la tercera, la expulsión de los judíos; la cuarta, la liberación de los Estados Pontificios y la quinta, la guerra contra África», enumeró.

Precisamente, sobre la negativa de la comunidad judía respecto a la beatificación de la reina castellana con el cardenal converso de París a la cabeza, Fernando Campo asegura que la expulsión de los judíos hay que interpretarla en su tiempo y circunstancias «aunque no puede negarse como aparece en el Edicto de Expulsión que se justificó desde el punto de vista religioso, político, y hasta humanitario, aunque ahora hay más negativa desde la comunidad musulmana que desde la judía».

Sobre la paralización de la causa, fue en noviembre de 2002 cuando el vicario general de la diócesis de Valladolid, Vicente Vara, y Rafael María Serra, postulador de la causa, visitaron en Roma al cardenal Saravia, Prefecto de la Concreción para las Causas de los Santos, para asegurarse de que «la causa de la reina no está parada, sino que camina». Según Campo, hay más posibilidades de beatificar a Isabel I de Castilla porque en breve se aprobarán las virtudes de la soberana, además de conocerse el milagro que realizó «aunque tiene que ser el nuevo Postulador, el Padre Fernando Rojo, o el arzobispo quienes desvelen el milagro», puntualizó.

El prodigio que pudo hacer La Católica está relacionado con la curación de un enfermo, pero se desconoce la procedencia y la enfermedad que padecía. La falta de interés es «la causa por la que no se ha beatificado en otros tiempos a Isabel I. Antes no se habían movido como se está moviendo ahora la comisión, y sobre su figura no se pueden decir errores como antes. Esta bula ya está en la documentación y si haces una aportación buena puede ayudar».

Fernando Campo finalizó diciendo que existen estudios muy serios realizados con motivo de la conmemoración del V Centenario de su muerte, junto con «peticiones de Hispanoamérica a favor de su canonización, ya que se trata de una reina digna de los altares». De la obra Catolicismo de la reina Isabel I y del rey Fernando V, por qué y cuándo se les concedió el título de Reyes Católicos se han editado 1.000 ejemplares a un precio de dos euros.

_______________________________________________________________________Subir al inicio Subir al inicio

 

24-02-05 - Luis Suárez. Catedrático emérito de Historia y académico: «Isabel la Católica es la primera en reconocer los derechos humanos»
Luis Suárez, en la tarde de ayer, en Oviedo.

Luis Suárez, Catedrático emérito de Historia y académico
Luis Suárez, Catedrático emérito de Historia y académico

Luis Suárez, catedrático emérito de la Universidad Autónoma de Madrid, académico de la Historia, asturiano de Gijón y uno de los historiadores más destacados de España, ofreció ayer, en Oviedo, una conferencia titulada «Isabel la Católica en la historia de España», en el RIDEA, organizada por la Fundación Hidrocantábrico. En esta entrevista repasa la figura de Isabel.

-¿Qué novedades hay en torno a Isabel la Católica?

Pues que se ha dejado pasar el V Centenario de la reina sin conmemorar. No se hizo la conmemoración que sí se realizó con Carlos V o con Felipe II, que, por cierto, eran Habsburgo. Con mucho más motivo se debería haber tenido en cuenta un centenario de Isabel la Católica.

-¿Por qué ha sido así?

Porque en torno a Isabel entran en juego dos cosas que no están nada de moda. Por una parte, era una reina católica no sólo en cuanto al título, sino también porque efectivamente era una ferviente católica. Por otra parte, consigue la unidad de España.

-Demasiado para algunos.

Además, es la reina que reconoce la libertad de todos sus súbditos. Y que, aun más, afirma que existen los derechos naturales humanos. Ciertamente, no se cumplen en muchos sitios, pero se inicia con ella un camino. Empieza una lucha en orden a la libertad. Prohíbe la esclavitud, lo que supone un paso adelante enorme. No permite que se tengan esclavos. Su testamento es de una importancia enorme. Es la primera vez que se dice que existen los derechos naturales humanos.

-Es que quizás alguien la ve ahora como el Bush de hace cinco siglos.

Quizá por eso no se la recuerda como es debido. Es un error que Francia, por ejemplo, nunca cometería. Ahí está el caso de Santa Juana de Arco. La Francia laica, en los años veinte, recordó su figura, cuando fue canonizada, de la mano de la Francia católica.

-¿Qué ideas fundamentales manejaba?

Ve Europa. Y sobre todo le llama la idea y la realidad de la cristiandad. La ve como una unidad frente al mundo. Y se mantiene muy firme en ideas que nadie como ella defendió, como por ejemplo el derecho de las mujeres a reinar. Es que, además, quizá sea ella la primera mujer que reinó de una forma efectiva, no como consorte o de una manera sólo nominal. Defiende por eso el derecho de una mujer a reinar y se niega a cambiar las cosas en ese orden aunque su hija Juana esté mal de la cabeza. Juana será reina porque así lo quiso su madre y lo quiso porque defendía el derecho de las mujeres a reinar. Tiene claro, asimismo, que sus súbditos deben ser libres y elimina los restos de la servidumbre. Ante el problema residual de los siervos catalanes, de la remensa, no sólo los libera, sino que les da las tierras en las que trabajaban. No los libera y les deja por ahí que se arreglen. Les da las tierras. No cabe mayor generosidad.

-En cuanto a la cultura...

La Universidad es una institución fundamental en la visión de conjunto del reino que tiene Isabel. Por ejemplo, por disposición de la reina, cualquier médico que viniese de fuera del país, para ejercer medicina en España, debía examinarse en la Universidad de Valladolid. Tenía además una mentalidad abierta. En 1475 sufre un aborto de un niño. Y para que la atiendan llama a un ginecólogo judío.

-Tanto monta, monta tanto.

Compartía sus ideas políticas con Fernando, su marido, que era la gran cabeza política del momento. Lo fundamental es que distinguía dos planos. Por un lado, el de la soberanía, que era de la corona y era indivisible. Por otro, la administración, que está en función de usos y costumbres.

-Una idea muy moderna.

Es que Isabel era muy moderna. Con ella empieza la modernidad católica. Es distinta de la modernidad protestante.

-¿En qué es distinta?

Según la idea católica de modernidad, el hombre tiene capacidad racional incluso para el conocimiento especulativo y para el libre albedrío. Por eso decide sobre lo justo, lo bello y lo bueno. En la modernidad protestante no se considera que el hombre conoce experimentalmente, de ahí que sea la cuna de la ciencia moderna, así que lo justo, lo bello y lo bueno dependen de opiniones y son cambiantes. El libre albedrío recorre toda nuestra literatura del Siglo de Oro. En cambio en el mundo protestante no, se niega y se identifica la libertad con la independencia. Que cada cual haga lo que quiera, eso es libertad. Desde el punto de vista del libre albedrío, la libertad se identifica con la responsabilidad.

-¿Y los aspectos oscuros de la reina?

Se están despejando muchas incógnitas al respecto. El historiador Benzion Netanyahu, padre del político israelí, acaba de publicar un estudio que aclara cosas que hasta ahora no entendíamos. Y es que Abramael negocia un retraso en la expulsión de los judíos de 1492. La expulsión es una exigencia europea. Se produjo una negociación. Isabel realmente quería retrasar el proceso. Por eso al final Abramael logra permiso para sacar de España oro y plata con sus bienes, cosa que no se permitía a nadie. Es una muestra de agradecimiento de la reina y asimismo de su pesadumbre por no haber podido hacer lo que quería.

-¿Bondadosa?

Isabel nunca sostuvo, por ejemplo, que doña Juana no fuese hija de Enrique IV. Nunca empleó el término de «la Beltraneja» porque es injurioso y no tiene sentido. Lo que dice Isabel es que el matrimonio entre Enrique IV y Juana no fue legítimo. Se había anulado uno anterior de Enrique por impotencia, así que para el nuevo matrimonio hacía falta permiso del Papa, entre otras cosas. Isabel sólo afirma que el matrimonio era ilegítimo. Y a la niña, Juana, fruto de ese matrimonio, víctima inocente, quiere casarla bien. Con un primo de Fernando, primero y, después, con el Príncipe de Asturias. Pero Juana no se fía y además tiene un gesto de dignidad y se mete monja. Así dejó claro que nadie tenía que decirle lo que debía hacer. A Isabel eso le molestó mucho.

-A su muerte todo se complica.

Sí, todo se complica muy rápidamente, pero Fernando logra que la situación salga a flote. Felipe el Hermoso quiso cambiar todo y para empezar pretendió incapacitar a Juana. Pero Felipe muere tempranamente. No deja huella en Castilla. Vuelve Fernando, restablece la situación y da paso a Carlos. De esa circunstancia Carlos siempre fue muy consciente. Por eso hace muchas referencias a su abuelo y pocas a su padre.

-¿Cómo definiría a Isabel?

Lo más importante es lo que le dice al notario en el lecho de muerte, cuando le dicta el testamento. En un momento, la reina se interrumpe y afirma: «¿Qué es lo que más tengo que agradecer a Dios?». Y ella misma se responde: «El marido que tuve, el mejor rey de España». Estaba profundamente enamorada. Un amor que fue consolidando con el tiempo. Y que fue recíproco. Hay cartas, una descubierta recientemente, que escribe Fernando cuando le comunican que Isabel está ya muy grave, que verdaderamente emociona leerlas.

-Otra cosa. Hace dos días se cumplieron cincuenta años de su toma de posesión como catedrático de la Universidad de Valladolid.

En Valladolid estudié la carrera, fui ayudante, adjunto, catedrático, vicedecano, decano y rector. Estoy, claro, muy vinculado. La Universidad española cambió mucho en cincuenta años. Creció excesivamente. Y así es difícil mantener la calidad. Claro que hay que responder a las necesidades sociales. Pero quizá se fue demasiado lejos.

Otra entrevista a D. Luis Suárez...Otra entrevista a D. Luis Suárez

_______________________________________________________________________Subir al inicio Subir al inicio

25-04-06 - La Católica en la filatelia española

La exposición de Diario de León en El Corte Inglés muestra estos sellos
José Díaz López león.

Muesttra sellos de isabel la Católica
Muestra sellos de Isabel la Católica

En plena Guerra Civil el General Franco y su régimen buscaron a través de los sellos la forma de propagar los ideales del nuevo Estado Español, no escatimando medios para la nueva empresa aún a costa de recurrir muchas veces a manos privadas fuera y dentro de España, al no contar con la tecnología e incluso el papel suficiente. Los ideales patrióticos se reencarnan en personajes históricos como Isabel la Católica.

El primero fue el que mejor sintonizaba con los ideales de una patria unida, de la lucha por mantener esa unión, de ser mujer valerosa, con coraje, buena católica y defensora de la fe. ¿Alguien podía dar más?

En los años en que aparecieron estos sellos se pudo comprobar la cantidad de correspondencia enviada desde la zona Nacional a la zona Republicana siempre con la censura pertinente de Juntas Militares, de correos, gubernativas provinciales o campos de concentración etc. Esto dio lugar a mil formas de franqueo. Varios ayuntamientos utilizaron estos sellos para estampar proclamas del nuevo régimen, son conocidos como los patrióticos o sobrecargados.

La primera serie aparece en el año 1937, diseñada y dibujada por Blas Pérez de Irujo, se imprimió en la imprenta de B. Fournier de Burgos. Un año más tarde saldrán seis nuevos valores, fueron grabados en cobre por José López Sánchez -Toda e impresos en litografía en los talleres hijos de Heraclio Fournier de Vitoria. En el años 1951 se celebra el V Centenario de su nacimiento y la filatelia lo recuerda poniendo en circulación dos series de 5 valores cada una, una terrestre grabada por José Luis Sánchez-Toda y diseñada por el pintor Juan Antonio Morales, otra: la aérea grabada por el anterior, reproduce a la reina y la rendición de Granada.

El 16 de noviembre aparece un sello de 2,19 euros para conmemorar el V centenario del fallecimiento de la reina. Lugar: Cuarta planta de El Corte Inglés. Hora: De 10.00 a 22.00.

_______________________________________________________________________Subir al inicio Subir al inicio

17-05-06 - Valdeón observa codicilo Isabel Católica germen derechos humanos

El historiador Julio Valdeón afirmó hoy en Valladolid que 'las raíces de los derechos humanos' se encuentran en el codicilo que Isabel la Católica (1451-1504) firmó tres días antes de fallecer, donde expresó su preocupación por la situación física y jurídica de los indígenas del Nuevo Mundo.

Al margen de su preocupación por evangelizar a los nativos, Isabel de Castilla 'se ocupó de que fuesen tratados como el resto de sus súbditos', que tuviesen esta condición, dijo Valdeón durante su participación en un congreso internacional sobre la figura del almirante Cristóbal Colón.

El prestigioso medievalista esgrimió para ello el codicilo o anexo al testamento dictado por la soberana el 12 de octubre de 1504, que firmó tres días antes de fallecer el 26 de noviembre de 1504 en el Palacio Real de Medina del Campo (Valladolid).

'(...) e encargo e mando a la dicha Princesa mi hija (Juana) e al dicho Príncipe su marido (Felipe) que ansí lo hagan e cumplan (...) e no consientan e den lugar que los indios vezinos e moradores en las dichas Indias e terra firme, ganadas e por ganar, reciban agravio alguno en sus personas e bienes; mas mando que sean bien e justamente tratados', leyó el historiador.

En este anexo, donde expresó su consideración hacia los indígenas del Nuevo Mundo al velar tanto por su evangelización como de su situación jurídica, es donde algunos historiadores han creído ver el embrión del Derecho de Gentes que años después germinó en la ciudad de Salamanca.

Julio Valdeón, por otra parte, asignó a Isabel la Católica un papel esencial en la gesta del Descubrimiento merced a un 'apoyo decidido, unánime y entusiasta que facilitó ese utópico y sorprendente viaje'.

Fue la reina de Castilla, dijo el ponente, la que confió en las ideas del navegante, considerado mayoritariamente un 'visionario', a quien al parecer le pidió que esperase al final de la Guerra de Granada para emprender el proyecto.

Recordó el historiador, en este sentido, las palabras que dijo Colón tiempo después: 'En todos hubo incredulidad y sólo en la Reina mi Señora Dios dio el espíritu de la inteligencia y el esfuerzo grande'.

Meses después de la rendición del último reducto nazarí dentro de la península, el 17 de abril de 1492 se firmaron las denominadas Capitulaciones de Santa Fe para poner en marcha el proyecto colombino, que tomó cuerpo poco después, en agosto de 1492 con la partida de las tres célebres carabelas desde el puerto de Palos (Huelva).

_______________________________________________________________________Subir al inicio Subir al inicio

28/06/2006 - 05:45 - La crónica verdadera de Isabel la Católica: Reina de España y Madre de América
IBLNEWS

La crónica verdadera de Isabel la Católica: Reina de España y Madre de América
La crónica verdadera de Isabel la Católica: Reina de España y Madre de América

“Isabel la Católica, Hija de la Iglesia” recoge las ponencias exclusivas del congreso científico sobre Isabel la Católica que se celebró en la Facultad de Teología San Dámaso con motivo del V Centenario de su muerte. Basándose en los estudios de los mejores expertos sobre el tema, el Departamento de Historia de la Iglesia organizó varios actos académicos con los que pretendía poner de relieve algunos aspectos de su personalidad, su acción política y su significado en la Historia de la Iglesia; desde la perspectiva de Isabel la Católica como una mujer de Gobierno, sin olvidar el estado actual de su proceso de beatificación.

El libro que edita ahora la Facultad de San Dámaso es un riguroso análisis científico, que presenta a la Reina Isabel como una persona que gobernó, que unificó España, que trabajó por América, tratando de garantizar todos los derechos humanos a los habitantes nativos, a quienes elevó a la categoría de personas. “Una persona, verdadera esposa, que donó todos sus bienes a los pobres; que trató respetuosamente a los hermanos musulmanes, y abogó por sus derechos humanos”.

“Isabel la Católica, Hija de la Iglesia” desmiente con hechos y argumentos muchas de las leyendas y mitos creados sobre su figura, y ahonda en las causas por las que la Iglesia española pide a Roma su beatificación. Pese a la complejidad y riqueza del tema, los cuatro expertos han dividido el libro de la siguiente manera: en primer lugar, el profesor José María Magaz presenta los ideales políticos que sustentaron el régimen de gobierno de la Reina. Se analizan también con atención, por parte del P. José García Oro, las bases en las que la Reina apoyó la reforma de la Iglesia. Y el documento se completa con el perfil político y humano de la Reina Católica, dirigido por el mejor conocedor de su época y su reinado, el profesor Académico de la Historia, D. Luis Suárez Fernández. Sobre el proceso de beatificación que se sigue actualmente, escribe el Exmo. Sr. Arzobispo de Valladolid, D. Braulio Rodríguez Plaza, presidente de la Comisión pro Canonización de Isabel la Católica.

De lectura asequible para cualquier persona amante de la Historia, de la verdadera Historia, se trata de una publicación que no debería faltar en ninguna Universidad Americana.

Las solicitudes pueden realizarse a:

publicaciones.ad@fsandamaso.es
administracion@fsandamaso.es

Teléfonos: (011) 3491 364 40 18
(011) 3491 364 40 12
Fax: (011) 3491 354 01 43

Facultad de Teología San Dámaso
Publicaciones
c/ Jerte, nº 10 - E
28005-Madrid (España)

También visitando su página web www.fsandamaso.es donde, además, se podrá ver la riquísima capacidad editorial de esta joven Universidad española. Hoy en día, la Facultad de San Dámaso es muy valorada por su total fidelidad y comunión con la teología del nuevo Papa, Benedicto XVI, quien ha estado personalmente en esta Universidad, participando en Congresos Internacionales en calidad de teólogo vaticano.

_______________________________________________________________________Subir al inicio Subir al inicio


Esta pagina está en constante actualización, diseñada para visualizar en 800 x 600 y superior, mantenida por Juan Antonio del Sol Hernández - MEDINA DEL CAMPO, -- Teléf. 696 42 68 94 -- Última modificación: © 2002-2007 Todos los derechos reservados.