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MUSEO DE LAS FERIAS PIEZA DEL MES DE OCTUBRE 2009

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01-07-09 - "Pieza del Mes" de Octubre de 2009

"Pieza del Mes" de octubre de 2009

Retrato de una niña
Anónimo
1581
Óleo sobre tabla / 35 x 31'5 cm.
Inscripciones:" AETATI SVAE 5 / Aº 1581"
Fundación Simón Ruiz

Durante el mes de octubre, la Fundación Museo de las Ferias destaca como "Pieza del Mes" una pequeña tabla fechada en 1581, en la que está representada una desconocida niña de cinco años de edad, muy probablemente alguna de las sobrinas del mercader banquero Simón Ruiz. Después de una larga revisión de centenares de cartas emitidas o recibidas por nuestro personaje, sigue siendo un enigma la identidad de la protagonista de este cuadro -que ya aparece citado en los primeros inventarios de la Fundación hospitalaria-. La rica indumentaria que luce la niña recuerda la moda italiana del momento, con lechuguilla de dobles abanillos y, especialmente, con grandes brahones armados sobre los hombros, entre otros elementos del amplio repertorio de pasamanerías y encajes representados. Un aderezo en el pelo, un hilo de cuentas en el cuello y un collar de ámbar recogido sobre el pecho, son las joyas que declaran su pertenencia a una familia adinerada, en este caso, a una de las más importantes de la Castilla mercantil del momento.

La actividad "Pieza del Mes" cuenta con el patrocinio de la Diputación de Valladolid

Más información e imágenes en: www.museoferias.net/octubre2009.htm

Retrato de una niña. Anónimo vallisoletano1581. Óleo sobre tabla / 35 x 31'5 cm. Inscripciones:" AETATI SVAE 5 / Aº 1581" Fundación Simón Ruiz
Retrato de una niña
Anónimo vallisoletano
1581
Óleo sobre tabla / 35 x 31'5 cm.
Inscripciones:" AETATI SVAE 5 / Aº 1581"
Fundación Simón Ruiz

Este retrato de busto de una niña de cinco años, tal y como indica la inscripción situada en la parte superior del cuadro, pertenece a los fondos iniciales de la Fundación instituida por el influyente banquero Simón Ruiz, en Medina del Campo. La tabla aparece citada en el inventario de bienes otorgados al Hospital que fundara como "Un retrato de niña con su marco dorado", sin más datos que puedan identificar al personaje retratado.

La vida privada de Simón Ruiz pasó por dos matrimonios sin que exista constancia de hijos en ninguno de los dos casos. Resulta sin embargo sugerente, para la historia de la tabla que contemplamos, considerar la posibilidad de encontrarnos ante un retrato de una supuesta hija del banquero. Viudo de su primera esposa Simón Ruiz contrae nupcias con Doña Mariana de Paz, a comienzos de 1574. La fecha que aparece datando la tabla, 1581, y la edad de la niña representada, podrían llevarnos a pensar que estamos ante la imagen de una hija habida en este matrimonio, que fallecería algún tiempo después, sin que su nombre aparezca citado en la documentación testamentaria del financiero.

La ausencia documental de libros de bautismo en la parroquia de San Facundo de Medina, donde residía Simón Ruiz, dificulta en extremo la posibilidad de documentar al personaje. El problema se acrecienta con el traslado de residencia de Simón Ruiz quien, precisamente en el año de 1581 en que se fecha la tabla, se traslada a vivir a Valladolid, donde permanecerá hasta 1591. Este cambio de residencia puede hacernos pensar que la tabla habría sido pintada en Valladolid por alguno de los artistas residentes en la villa. La concepción del retrato es más una prolongación del arte flamenco, de larga pervivencia en nuestro país y donde tan lejos llegó este género, que una innovación formal relacionada con la captación psicológica, o con la emulación de los retratos clásicos que se estaba realizando en Italia.

La figura de la niña ataviada con un rico traje, como el que pudiera llevar una dama de su tiempo, se plasma con una gran frontalidad sobre un fondo neutro, esmerándose de un modo especial en la reproducción de los adornos del ropaje. El rostro es inexpresivo, ejecutado con cierta torpeza de rasgos, con la idea de que el retrato sea un simple documento temporal, una auténtica fotografía de la época sin mayores pretensiones, según recordaba el tratadista portugués Francisco de Holanda al señalar que "si alguno supiere amar muy fiel y castamente, dino es de tener al natural pintado el vulto que ama, ansi para las ausencias de la vida como para la recordación después de la muerte". Esa idea del recuerdo y la perduración de la memoria fue la que alentó la creación de obras como la que ahora estudiamos.

Es a partir del siglo XVI cuando el retrato se independiza como género de los cuadros de temática religiosa, donde aparecía marginalmente formando parte de la escena en la figura de los donantes, y donde cada vez más adquiere un mayor protagonismo. En origen sólo los personajes reales se retratan de forma independiente y desde aquí se va extendiendo hacia el círculo vinculado a la corte, con la idea de la inmortalidad y de la fama póstuma, hasta formarse escuelas de retratistas, que tienen en artistas tan señalados como Sánchez Coello en España, alguno de sus puntos álgidos.

Manuel Arias Martínez

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02-10-09 - "Retrato de una niña", tabla fechada en 1.581, pieza del mes de Museo

Medina del Campo (Valladolid), 1 oct (EFE).- La obra anónima "Retrato de una niña", una pequeña tabla fechada en 1.581, en la que está representada una desconocida infante de unos cinco años, es la "Pieza del mes de octubre" de la Fundación Museo de las Ferias de Medina del Campo, según ha confirmado hoy dicha institución.

Se cree que, muy probablemente, la niña del retrato pueda ser alguna de las sobrinas del influyente mercader-banquero de Medina Simón Ruiz que, en su donación al hospital de la localidad que fundó, incluyó "un retrato de una niña con su marco dorado", sin más datos que puedan identificar la figura representada.

La rica indumentaria que luce la niña del cuadro recuerda la moda italiana del momento, con lechuguilla de dobles abanillos y, especialmente, con grandes brahones armados sobre los hombros, entre otros elementos del amplio repertorio de pasamanerías y encajes representados.

Un aderezo en el pelo, un hilo de cuentas en el cuello y un collar de ámbar recogido sobre el pecho, son las joyas que declaran su pertenencia a una familia adinerada, en este caso, a una de las más importantes de la Castilla mercantil del momento, según han precisado las mismas fuentes institucionales.

La ausencia documental de libros de bautismo en la parroquia de San Facundo de Medina, donde residía Simón Ruiz, dificulta la posibilidad de documentar al personaje, lo que se agrava con el traslado de residencia del banquero quien, precisamente en 1.581, año en el que se fecha la tabla, se traslada a vivir a Valladolid, donde permanecerá hasta 1.591.

Este cambio de residencia ha llevado a los expertos a pensar que la tabla habría sido pintada en Valladolid por alguno de los artistas residentes en la villa, y que la concepción del retrato es más una prolongación del arte flamenco que una innovación formal relacionada con la emulación de los retratos clásicos que se estaba realizando en Italia.

La figura de la niña se plasma con una gran frontalidad sobre un fondo neutro, esmerándose de un modo especial en la reproducción de los adornos del ropaje, mientras que el rostro es inexpresivo, con la idea de que el retrato sea un simple documento temporal, una auténtica fotografía de la época, sin mayores pretensiones. Fuente: EFE 1010588

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