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Villa histórica, monumental, escultórica y paisajística
Villa de las Ferias

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03-01-60 - El Palacio de Dueñas (primera parte)

Al doctor don Ernesto Macías de Torres, como correspondencia a su grata misiva.4

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La portada de acceso es adintelada y flanqueada por columnas; el cuerpo superior, rematado con frontón triangular, recoge el escudo de los Beltrán entre dos angelotes y, más arriba, dos bustos en relieve enmarcados por medallones circulares

Perteneció este magnífico Palacio -preciadísimo exponente del arte renacentista español en Castilla- a la hidalga familia medinense de los Dueñas, a partir de la muerte del doctor don Buenaventura Beltrán, mecenas que lo mandó erigir, hasta los primeros años del presente siglo; de ahí le viene el nombre con el que es generalmente conocido.

Corrían los inquietos y transcendentes años del primer tercio del siglo XVI, y el águila bicéfala del Emperador Carlos, cobijando las armas heráldicas de Castilla y de Aragón, se extendía por los confines del mundo conocido, cuando establece su residencia en nuestra villa el doctor don Buenaventura Beltrán, Consejero de Indias y de la cesárea majestad de Carlos I. Este hidalgo que con su españa y su pluma habían intervenido en la conquista y pacificación de Perú, hacía unos años que había regresado a España para disfrutar la gran fortuna conseguida en el imperio de los incas, y como premio a sus hazañas y servicios en aquellas remotas tierras, Carlos V le nombra miembro de su Real Consejo de las Indias, Letrado y hombre de espada, universitario y guerrero en el doctor Beltrán se conjugan las armas y las letras en armónico maridaje; todo esto unido a su conocimiento "de visu" de los problemas y necesidades del Nuevo Mundo, haciendo valiosísima su presencia en este órgano supremo de gobierno. Con su esposa e hija, aparece en Medina del Campo hacia 1525. Nuestra villa, merced a la ingente riqueza que a ella afluía por sus internacionales Ferias, había restañado ya las enormes heridas causadas por el inhumano incendio que las hordas de Fonseca y Ronquillo infringieron cuando las Guerras de las Comunidades (1521), en las que patentemente mostró su castellana hermandad con Segovia y su nombre heroísmo.

Enamorado de la ferial e idalga Medina, entonces encrucijada de las Españas, don Buenaventura Beltrán decide la creación de una casa digna de su riqueza y linaje, en nuestra villa. Para ello, adquiere amplio solar intramuros en la entonces calle de Santiago, próximo a la Puerta de la muralla del mismo nombre, en sitio céntrico, pero fuera de las calles feriales, y encarga la ejecución, traza y dirección de las obras, a Luis de Vega, "vezino de Madrid, obrero mayor de Sus Majestades". Fue, pues, el arquitecto favorito de Carlos V, el artífice y director de nuestro Palacio, y con su dierecta intervención se redactan las diversas escrituras de concierto y condiciones de ejecución con los restantes artistas que intervienen en tan magna obra. Antes de detallar las diversas obras y sus artífices, vamos a describir, a grandes rasgos, este soberbio monumento, exponente de la mejor arquitectura civil del Renacimiento en nuestra Castilla.

Escudo linaje
Escudo del noble linaje del doctor don Buenaventura Beltrán. Detalle de la fachada del Palacio de las Dueñas. Medina del Campo, Valladolid

Como ya hemos dicho, el Palacio de Dueñas, hoy reconstruido y habilitado para albergar el Instituto Laboral "Emperador Carlos", está ubicado en la antigua calle de Santiago -hoy, Marqués de la Ensenada- (hoy, Santa Teresa), calle que conserva aún, pese a la incuria de los hombres y del tiempo, un grato sabor histórico, y donde parece que los siglos han encontrado propicio remanso. La planta de nuestro palacio es rectangular, con achatado torreón en el ángulo este de su fachada; ésta es lisa, sobria, de ladrillo castellano petreo basamento de piedra caliza. Toda la traza del edificio está situada para hacer resaltar la parte más noble y artística de él, que es su patio enclaustrado. en su amplia fachada, y en la primera planta, existen cinco huecos, cuatro de ellos adintelados, cerrados con reja de hierro forjado a modo de celosía; en el piso principal, nos encontramos con otros cinco balcones volados, de hierro en forja sencilla, y en su tejado, de arábiga teja, gran alero. Como único ornamento de la fachada del palacio, tenemos la amplia puerta principal, de dintel monilítico, flanqueado con sendas columnas en granítica peidra de orden toscano, y sobre ella y su cornisado campea el escudo del noble linaje del doctor don Buenaventura Beltrán, con yelmo de frente, primorosamente labrado, y amplios y descendentes lambrequines por ambos lados. Todo ello está coronado por clásico frontón, teniendo a los lados sendos medallones de alto relieve. Encima de las graníticas columnas, dos niños o ángeles tallados en esta clase de piedra, escudo, frontón y medallones, están trabajados sobre piedra caliza.

Mirando a esta sobria y amplia fachada, y en el ángulo de nuestra derecha, existió, rompiendo la monotonía arquitectónica, atrevido balcón de esquina, orlado por policromos azulejos de gusto mudéjar. En la reconstrucción del edificio, el arquitecto director de la misma, señor Moreno Balberá, no lo respetó, por sostener el criterio de que dicho balcón fue construido en fecha posterior a la del conjunto del edificio, tesis que, con todos los respetos, no sustentamos en modo alguno.

Para no abusar de la paciencia del amable lector, y con su venia, continuaremos hablando de este monumento medinense, poco conocido, por desgracia, y empalidecido su indudable mérito artístico e histórico, por el secular Castillo de la Mota.

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10-01-60 - El palacio de Dueñas (segunda parte)

Tratamos anteriormente, en líneas generales, de la erección y disposición de este notabilísimo edificio, de su formas y de los detalles que obstenta su sobria fachada. Vamos, pues, a continuar detallando las partes interiores de mayor mérito de nuestro señero palacio, preciadísimo monumento de nuestra Medina y exponente preclaro de la grandeza que alcanzó en los siglos XVI.

Patio enclaustrado del Palacio de de Dueñas de Medina del Campo
Patio enclaustrado del Palacio de de Dueñas de Medina del Campo

A través de Ponz en su clásico "Viaje a España" (tomo XII), de Antero Moyano, en su hiperbólica y nada documentada "Guía del viajero en medina", de Cuadrado,en su obra "España y sus Monumentos y Artes" (parte relativa a Valladolid), y sobre todo del tomo I de la magnífica "Arquitectura Civil española" del erudito don Vicente Lámperez y Romea; así como en tratado de Martí y Mansó, poco hemos podido recoger sobre el Palacio de Dueñas, digno de ser hoy publicado, ya que estos autores no aportan datos documentales y sí apreciamos de índole personal o datos poco fundamentados, que no creemos merecer tener en cuenta, si exceptuamos algunas referencias de Lámperez, dignas siempre de ser consideradas, dada su competencia personal como tratadista de arte y arquitecto.

Otra consideración nos merece el erudito archivo e historiador, siempre bien documentado, don Esteban García Chico, el cual, explorando el Archivo de Protocolos de nuestra Medina que hace años obra en los fondos del A. Histórico Provincial de Valladolid, ha encontrado testimonios documentales que aclaran en parte la historia de este monumento medinense.

Patio con torreón Palacio de Dueñas de Medina del Campo
Patio con torreón Palacio de Dueñas de Medina del Campo

Ya Dijimos en el capítulo anterior que la dirección de las obras y su trazado es encomendado por el doctor Buenaventura Beltrán al entonces arquitecto de don Carlos V, Luis de Vega, "vezino de Madrid".

Por indicación del mismo se contratan los diferentes artistas que intervinieron en esta magna obra. Así, las cuatro rejas de los huecos de la fachada del Palacio son forjadas por Cristóbal González, rejero, "vezino de la noble villa de Valladolid", como consta en la oportuna Carta de Obligación que él mismo otorga en Medina, el 2 de abril de 1529.

Descrita ya la fachada y su pétrea fachada, penetramos en el Palacio y hallamos amplio zaguán, de forma rectangular y alto trecho, artísticamente cubierto con magnífico artesanado, labrado en renacentista estilo, en el cual se notan algunas influencias mudéjares, con las labradas guarniciones de cintejas y santinos, "más una salida de moldura romana".

Artesanado
Artesanado Palacio de Dueñas de Medina del Campo

De este espacioso portón y a través de amplio hueco labrado en piedra sobre tres pasos, de estructura análoga al de la portada, pasamos al bellísimo y armonioso patio, parte la más noble del Palacio de Dueñas.

En el mencionado zaguar y en su parte derecha, según entramos, encontramos un aposento que en sus días fue recinto donde se guardaban las carrozas y sillas de manos; a siniestra mano se hallan dos aposentos destinados por aquel entonces a caballerizas y últimamente (antes de las obras de reconstrucción) a viviendas humildes.

El patio, joyel del edificio, hoy restaurado, es también cuadrangular, de dos plantas, claustrado, de armonioso y bellísimo estilo renacentista, lleno de sobria elegancia y majestuosidad y labrado con inusitada delicadeza y gusto, el cual, dentro de la arquitectura civil plateresca, (Renacimiento en Castilla), es ejemplar único por el cuidadoso trabajo verdadero orfebre con que el cincel del artista ha labrado la piedra, y asimismo por la elegante armonía de todo el conjunto arquitectónico, dentro de un peculiarísimo estilo romano.

Los arcos rebajados en curva campanel, con molduraje de arquitrabe que ostenta en sus ángulos labrados del linaje fundador, y en sus enjutas campean medallones con los bustos, en alto relieve, de los reyes de Castilla.

Esbeltos y atrevidos pilares coronados por estatuillas
Esbeltos y atrevidos pilares coronados por estatuillas

En los muros airosos arcos arbotantes sobre ménsulas de idéntica moldura que la de los arcos de los claustros. Columnas, frisos, balaustres y cornisas labradas con exquisito cuidado y refinado gusto, dentro del más elegante y armonioso estilo renaciente al modo romano, como ya hemos dicho. En el centro del patio se halla el aljibe o pozo de petreo brocal y armadura de forjado hierro, y en uno de los lienzos del muro, en la parte baja, a izquierda mano según entramos, se conserva una escalera pequeña, de dos vertientes, que da acceso a un gran salón y a la que sirven de antepecho y balaustrada tres lienzos macizos de piedra, decorados en bajo relieve con laboriosos "grutescos" y en cuyo centro figura un linajuro escudo de los fundadores. Frente a ella encontramos la "amplia escalera de honor semejante "a la bellísima de los Expósitos de Toledo", según testimonio de Cuadrado. De traza claustral, con gran balaustrada en piedra, primarosamente trabajada y fortalecida en sus ángulos con esbeltos y atrevidos pilares coronados por estatuillas; al desembarcar en el claustro superior hallamos tres arcos sostenidos por columnas de arfáloga contextura y traza a la de la galería, dos de los cuales están cerrados por labra o antepecho a modo de mirador superior a modo de mirador superior de todo el hueco de escalera.

Todo el amplio techo de esta monumental escalera ostentaba riquísima artesanado, de estructura análoga al del zaguán, pero bastante más rico en labrados detalles y ornado con artística clavetería. Los amplios y bien dispuestos pasos de esta monumental escalera están labrados en piedra de Cardeñosa, de una sola pieza daca uno.

De este Palacio se conservan con bastante fidelidad los aposentos que dan a la fachada principal del mismo, destacando el amplio salón de honor, principal pieza, con tallado artesanado y bello friso de fina labor de yesería renacentista, y en el cual, en su testero del lado izquierdo, está ubicada una tribuna de balaustres. en la estancia o cámara inmediata, de menor amplitud, encontramos análogo artesanado sobre un friso, también en yeso como el anterior, pero más finamente trabajado, a base de motivos de indudable influencia mudéjar. Después, pequeño aposento con puerta que da acceso a la escalera del torreón.

Estatuillas labradas en piedra del Palacio de Dueñas de Medina del Campo
Estatuillas labradas en piedra del Palacio de Dueñas de Medina del Campo

La parte que más sufrió la incuria del tiempo y de los humanos fue la situada en la parte de atrás, o sea orientada al N., contraria a la fachada y que daba a un jardín o vergel de gran amplitud, y de cuya aporte apenas queda nada cuando se inició, hace unos años, la reconstrucción de este monumento, por lo cual en dicha parte y en estructura de cemento armado, se construyeron las modernas aulas para el instituto Laboral "Emperador Carlos", única parte del Palacio totalmente moderna, aunque los huecos y lienzos que dan al soberbio patio conservan la traza de los otros paños del mismo.

Por debajo de la planta baja existen, hoy acondicionados para talleres, viviendas y servicios, amplios y bien aireados sótanos.

La ejecución del patio, portada y partes nobles de este Palacio, estuvo encomendada por mediación de Luis de Vega, al eminente buril de Pedro de la Piedra, hijo del también cantero Juan de la Piedra, los cuales libraron dos de las portadas y claraboyas del claustro de la Catedral de Burgo de Osma, donde éste último era maestro mayor. Ya tiene referencia Medina de estos ilustres artistas , que dejaron huellas de su arte entre sus muros. El edificio se dio por concluido en 1543, durando por tanto las obras quince años. No obstante en 1581 Francisco de Dueñas y Hormaza, dueño y señor del Palacio, recibido por herencia de sus suegros, encarga al maestro de cantería -¡qué humildad la de estos artistas!- Aparicio de la Vega, en pleno periodo herreriano, "el aderezo de las molduras y górgolas" del suntuoso patio. El artesanado de los techos, ya numerados, en escargado en 1529 a Francisco de la Fuente, "carpintero vezino de Toro".

Con la venia del amable lector concluiré estos datos (Dios mediante) en el próximo capítulo.

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17-01-60 - El palacio de Dueñas (tercera parte)

Detallamos en los artículos precedentes las particularidades artísticas de las partes del Palacio que hasta aquí se conservaron y que hoy se hallan restauradas, así como artistas que documentalmente sabemos intervinieron en ellas. Vamos, pues, amables lectores a finalizar estas líneas sobre tan señora y magnífica joya arquitectónica, haciendo un breve bosquejo de su pequeñahistoria, así de cómo estuvoalhajado en las épocas de su máximo esplendor.

Hemos dicho ya que las obras devieron comenzar en el verano de 1528, ya que existen Escrituras de Concierto firmadas con artistas diversos(con la intervención de Luis de Vega, "obreyo mayor" de Carlos V), en los primeros meses de 1529 y finalizan en 1543, ya que el 24 de abril de ese año, el mencionado tantas veces Luis de Vega otorga Carta de poder a García Montero, "vezino de esta villa de Valladolid". para que cobre a d. Buenaventura Beltrán los remates de esta obra pendientes de cobro. En poder ya de los Dueñas se efectúan -como ya dijimos- "el aderezo de las molduras y gárgolas" del magnífico patio así como diversas obras de albañilería, el año 1581.

En estos años que duran las obras de nuestro Palacio (1528-1543) el doctor don Buenaventura Beltrán, del Consejo de Indias de S. M., enviuda de Dª. Ana de Mella, y contrae segundas nupcias con doña Beatriz de Castilla, de la que tiene una hija, doña Mariana Beltrán, única descendiente de este linaje, la cual en 1553 contrae matrimonio con D. Francisco de Dueñas y Hormaza, mayorazgo de don Rodrigo de Dueñas y de doña Catalina Cuadrado, su mujer, según Capitulaciones Matrimoniales filmadas en esta villa el 10 de mayo de 1553. A los pocos años muere el doctor Beltrán y el palacio pasa a ser morada y propiedad del mayorazgo de los Dueñas, hasta el presente siglo.

Escalera palacio dueñas
Ancha escalera de tipo claustral, con peldaños monolíticos, sirve de acceso a la segunda planta. Fuente: www.insfoto.com/

Por ello el 5 de noviembre del año de Gracia de 1556, la Cesárea Majestad de Carlos V llega Medina y se alberga dos días entre sus muros, en el postrer y viviente viaje terrenal que hizo camino del retiro de Yuste.

El historiador medinense Ossorio, en su "Hª. de Medina", nos dice -después de relatarnos el hospedaje- lo siguiente: "..., y cuando se hubo de partir -(El Emperador)- le hizo Rodrigo de Dueñas un presente de cincuenta mil ducados que el Emperador le debía, por tener Cédula de su real nombre, la cual se presentó entre dos fuentes de plata, y le dijo: -Rompa M. M. esta cedula, ya que yo le quiero servir en esto. Y por cierto, me han dicho, que se enterneció el Emperador y le echó los brazos al cuello estimando mucho el servicio".

Hasta aquí López-Ossorio el cual palpa y vive la tradición oral de esta villa por lo que este testimonio nos parece -a nuestro modesto juicio- la versión del hecho que más se puede acercar a la realidad. En contradición con este relato tenemos la versión más de trasmano, de don Manuel de Foronda, el cual en su obra "Estancias y viajes del Emperador Carlos V", nos dice: El 5 entró S. M. en Medina del Campo y se alojó en casa del cambista Rodrigo de Dueñas quien hizo ostentación de un fausto que desagradó al regio huésped, llegando hasta poner un brasero de oro macizo, que mandó en él palos de madera de Ceilán, cuyo olor molestó al Monarca, el cual no solo no quiso admitir al cambista a que le besara la mano, sino que hizo que se le pagara el hospedaje".

Muy fuerte nos parece el relato del señor Foronda, teniendo nosotros que objetarle que precisamente el Emperador, por los servicios y lealtad del medinense, le hizo tres años antes, en 1553, Señor de la Villa de Pollos (a costa de las sernas de Medina), y que el Palacio donde se hospedó pertenecía ya, no a don Rodrigo de Dueñas, Señor de Pollos y Hornillos, sino a su primogénito y mayorazgo don Francisco de Dueñas y Hozmaza, por su mujer doña Mariana Beltrán. No obstante, entre el lucido séquito que acudiría a recibir a tan regio huésped,, figuraría y estaría presente el palacio de su hijo, el mencionado don Rodrigo de Dueñas, titular de la susodicha Cédula.

Patio y escalera

Desde 1776 hasta 1781, que murió, se hospedó en nuestro suntuoso y artístico Palacio de Dueñas el excelentísimo señor don Zenón de Somodevilla y Bengoechea, marqués de la Ensenada, ministro de la Corona, autor, entre otras muchas obras dignas de encomio, el monumental CATASTRO que lleva su nombre, el cual pasó los últimos años de su vida y destierro entre sus artísticos muros, siendo enterrados sus mortales restos en la parroquia de Santiago el Real de Medina, hasta su reciente traslado, con todos los honores, al Panteón de Marinos Ilustres, de San Fernando.

Ya hemos procurado resaltar anteriormente la suntuosidad y arte de nuestro Palacio de Dueñas en lo que a trazas y ornamentación arquitectónica se refiere; en cuando al mobiliario y alhajamiento de sus estancias interiores, en la época de su esplendor, no lo fue menos, ya que según el Inventario efectuado con motivo de la muerte de Francisco de Dueñas y Hormaza, en el último tercio del siglo XVI, y pese a la sobriedad curialesca en lo que a detalles artísticos se refiere, se relacionan en él nada menos que 22 grandes tapies, 38 lienzos de pinturas de Flandes, escritorios de Alemania, bufetes de nogal, imágenes de talla, relicarios, colgaduras en terciopelo y tisú de oro, etc. etc. y "una ymagen de Nª. Sª. en tabla grande, al ólío, con su cerca de madera dorada con dos cortinas, una de toca blanca y otra de tafetán azul". Todo esto sin contar los muchos vestidos y alhajas que en dicho Inventario se menciona.

Nosotros solamente podemos añadir a estos someros datos que sobre el Palacio de Dueñas hemos ido dando en estas entrañables columnas, elvados por el entusiasmo que por las cosas de Medina sentimos QUE A TAL PALACIO Y A TAL MOBILIARIO Y OBRAS DE ARTE, TAL SEÑOR.

Para terminas, y como dato curioso, diremos para satisfacción del amable y docto don Ernesto Macías de Torres que, según un Censo de 1530,época de la erección de este Palacio, Medina del Campo contaba con 4665 vecinos, es decir, unos 20.000 habitantes. el número de 14.000 vecinos que dan algunos historiadores, entre ellos Ossorio y Juan de Montalvo, por no citar más, creemos se debe referir al territorio de su jurisdicción que, como sabemos, llegaba hasta Alaejos, incluyendo Nava del Rey, tanto en lo civil (Concejo), como en lo eclesiástico (lugares de su abadía). Otro dato demográfico de esta época es que en las 14 Parroquias de Medina se bautizaron durante el año 1561 seiscientos seis recien nacidos. Este número concuerda bastante con los 20 o 22.000 habitantes de nuestra villa en esos años de su esplendor.

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